Kevin López a sus 32 años vivió el pasado miércoles uno de los días más desesperantes de su existencia, porque duró cuatro horas desde el centro de Heredia hasta La Sabana por culpa de las presas de La Uruca. Hubo momentos de tanta desesperación que incluso pensó en apearse del carro y seguir caminando.
“Fue algo increíble, no puede ser posible que saliera a las cinco de la tarde de Heredia y llegara a La Sabana (aproximadamente 12 kilómetros) cuatro horas después. Tenía un compromiso y llegué una hora tarde porque la presa era insoportable, la verdad deseaba salir corriendo de la desesperación”, nos contó este florense.
Cuando se montó en su carrito encendió la aplicación Waze y le hizo caso, pero ayudó en muy poco porque todo estaba colapsado. Se fue por Santo Domingo, ni siquiera le hizo tiro a irse por barrio México.
“El viernes de la semana pasada salí a la misma hora e iba para San José y duré 50 minutos, pero es que este miércoles todas las calles eran un parqueo. Por ser herediano he vivido presas enormes, como cuando estaba cerrado el puente de la platina y también estaban trabajando el puente en La Pozuelo, uno duraba demasiado. La presa de este miércoles es de las más grandes que he vivido”, afirmó.
Incluso nos contó don Kevin que antitos de salir de Heredia pasó a una gasolinera y llenó el tanque, cuatro horas después, cuando llegó a La Sabana, ya la aguja había bajado un cuarto, o sea, la bromita le salió enl unos seis mil colones.
“He estado en presas en Los Ángeles y Nueva York, en Estados Unidos, son enormes y largas, pero se mueven, no puede ser posible que en nuestro país sean peores, insoportables… incluso en un momento hasta pensé en dejar el carro botado, es que me desesperé. Lo que hice fue respirar profundo, poner buena música y resignarme a estar en un parqueo en media calle”, concluyó.