El estadounidense Michael Cranford pintaba casas por contrato en su país; sin embargo, eso no lo hacía feliz.
Hasta que llegó a un punto en el que se hartó por completo de su trabajo, no soportó más el ambiente y el estrés diario que le producía lo que hacía, por eso mandó todo a la porra, renunció a todos los contratos que tenía y se vino para Costa Rica a recomenzar de cero.
Han pasado 20 años desde que dio ese paso y dice que es la mejor decisión que ha tomado porque pintar casas por contrato lo estaba matando, ya se sentía asfixiado y hasta había comenzado a tener problemas de salud producto de ese estrés y odio que le agarró al brete.
“Me sentía asfixiado en el trabajo, aburrido, sin ilusión. Un día me harté por completo y decidí hacer un cambio absoluto, ya no podía seguir viviendo así”, nos comentó este amante de la naturaleza.
Un sueño
Una vez que llegó a Tiquicia, compró un gran terreno en la península de Osa y por fin se dedicó a lo que había soñado toda su vida, construir un pequeño hotelito en un árbol y convertirse en parte de las personas que cuidan la naturaleza al máximo.
La Casa del Árbol, así se llama el sueño hecho realidad de Michael, el cual ha dado mucho de qué hablar, ya que diferentes revistas especializadas en turismo natural y programas de televisión le han hecho reportajes, algo que alegra mucho a este norteamericano.
“Desde hace 20 años que llegué a Costa Rica soy feliz. Trabajo en lo que amo. Yo soy arquitecto, pintor y lucho por conservar al máximo la naturaleza, por convivir con los animales en paz y cuidándolos. Cada mañana es una alegría porque estoy convencido que hice el cambio de mi vida”, comentó.
¿Qué le pasó a don Michael?
Cindy Sabat Hoffman, experta en Derecho Laboral y asociada de BDS Asesores, nos ayudó a encontrar una respuesta a lo que le pasó al gringo.
“Lo que le sucedió a don Michael es conocido mundialmente como el Síndrome del Trabajador Quemado (STQ). La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyo este síndrome en la nueva clasificación de enfermedades, pero será oficial hasta el otro año.
“Se tendrán que venir reformas profundas en material legal laboral ante el reconocimiento del STQ como enfermedad. Desde hace mucho se conoce, pero no se había reconocido”, dice la profesional.
Hoffman nos explicó que el nombre nació porque el trabajador llega a un punto en que ya no aguanta más, es como que siente que se quema por dentro en su ambiente laboral.
Algunos síntomas son: se disminuye la capacidad de trabajar, pierde el compromiso con la empresa, comienza a faltar al trabajo, pasa desmotivado porque ya no tiene pasión, se le nota embotado, no quiere involucrarse en nada. La persona se afecta a nivel físico y sicológico, incluso, el síndrome puede llegar a la depresión.
No es estrés
Doña Cindy aclara que el STQ puede parecerse mucho al estrés, pero no lo es.
“Una persona puede tener estrés en su trabajo a la hora de presentar un proyecto o porque le asignan una tarea dura durante el día, pero ama lo que hace, lo disfruta, vive estrés porque debe entregar un trabajo, pero es apasionado.
“Cuando un trabajador se quema, se acabaron todas las ilusiones, no disfruta nada de lo que hace. Claro que vive estrés, pero es solo un síntoma de la gran enfermedad, por eso hay que tener muy claro que no hablamos de, por así decirlo, un caso agudo de estrés, son dos cosas diferentes”, aclaró.
Ambiente laboral
Eric Briones, doctor en Derecho Laboral, quien tiene 30 años de tratar empleados y empresarios, tanto públicos como privados, reconoce que un trabajador se puede quemar y hartar de su trabajo por situaciones personales como un divorcio o la muerte de un familiar, pero también por hechos laborales como el acoso laboral, acoso sexual y un mal ambiente.
“Una mala alimentación, no dormir bien, decirle siempre que sí a los trabajos asignados y que eso recargue las funciones, pueden provocar ese incendio. Es fundamental que este problema se logre identificar a tiempo y se logre un equilibrio para que la persona no llegue al límite.
“En estos tiempos de pandemia, el teletrabajo ha venido a incrementar el estrés laboral de muchas personas que están trabajando en sus casas, sin una silla adecuada, un escritorio idóneo, con familiares o vecinos haciendo ruidos y los jefes ni siquiera le preguntan cómo hace para pagar la luz o el Internet, si está cumpliendo con sus tareas en un ambiente sano”, analizó don Eric.
Una enfermedad
Nury Sánchez Aragonés, trabajadora social de la secretaría técnica del Consejo de Salud Ocupacional del Ministerio de Trabajo, advierte que pronto este síndrome será reconocido como enfermedad laboral y eso obligará a un trato completamente diferente en material laboral.
El gran problema, según Sánchez, es que el STQ se confunde mucho con el estrés y entonces provoca que los casos se vuelvan invisibles, incluso para las estadísticas.
El Instituto Nacional de Seguros (INS) ya conoce sobre el STQ porque, de acuerdo a las últimas estadísticas que se han hecho públicas, que son las del 2018, pudo haber denuncias por riesgos psicosociales atendidas en el sector privado y público que se confundieran con el STQ.
En todo el 2018 solo hubo una denuncia por STQ en el sector privado y 3 en el público, además, en ese año hubo 574 denuncias por riesgos sicosociales atendidos por el INS: 60 en el sector privado y 514 en el público.
“Hablamos de exposición frecuente, intensa y repetida a factores de riesgo laboral que te puedan provocar estrés, pero no es un estrés laboral del que provoca cansancio o fatiga, hablamos de estar sometido a estrés laboral crónico; está presente durante todo el trabajo, es muy intenso y siempre se repite.
“Todavía en la parte legal no hay nada establecido y el STQ es muy difícil de comprobar, porque al trabajador quemado le dicen que si está así es porque tiene una mala relación de pareja, porque tiene muchos problemas económicos, tiene problemas con sus hijos, es decir, tratan de echarle encima a la situación que vive la persona a problemas personales y no laborales, incluso le dicen a la persona que es depresiva”, reconoce la especialista.
Cuando el STQ, en el 2022, sea oficialmente una enfermedad, explica la trabajadora social, le tocará al INS determinar si el trabajador se quemó como una consecuencia laboral, si el INS no lo define, le tocará a los juzgados de trabajo, a través de medicatura forense, determinar si el trabajador se enfermó de STQ por el trabajo.