Si usted tiene 30 años o más, y estudió en escuelas y colegios públicos, es probable que recuerde sus clases de educación física de la escuela y el colegio como un recreo extra para que los hombres jugaran bola y las mujeres se sentaran a conversar, aunque algunas optaban por brincar la cuerda para entretenerse.
¿Siguen siendo las clases de educación física así? ¡Gracias a Dios, no!
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Santiago Marín es un muchacho de 14 años, estudia en el Liceo de Costa Rica y disfruta mucho de esas clases.
Él cuenta que recibe dos lecciones de educación física a la semana y que siempre hay cosas qué hacer.
“Los profesores nos hacen un diagnóstico para evaluar nuestra condición física y en cada clase nos ponen a calentar y luego nos explican deportes y nos ponen a hacer actividades. En algunas ocasiones nos ponen a jugar fútbol o básquet”, contó.
En el Liceo de Costa Rica hay piscina, entonces se hace la rotación para que los grupos reciban un semestre educación física y el otro natación, eso le encanta a Santiago.
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Además, la institución tiene clubes de rugby, voleibol y ajedrez.
Ixel Barahona es docente de la Escuela de Educación Física de la Universidad de Costa Rica, tiene una maestría y mucha experiencia en el tema. Ella reconoce que en los últimos años ha habido un cambio positivo en esa clases, pero también es clara en que ese espacio sigue sin ser valorado como se debe y que está urgido de cambios.
“En los contenidos le llaman a la educación física materia complementaria, para mí no es una materia complementaria, es esencial. La gente, los docentes, los compañeros, los padres de familia, creen que no les va a ayudar a los muchachos en su desarrollo académico y se ha visto en diferentes estudios que, cuando hay actividad física, pausas activas, recreación, movimiento, aprendemos más.
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“Ha habido un cambio favorable en algunas instituciones, no en todas. En gran medida se debe al nivel de educación de los profesores, las universidades están sacando más profesionales y el tema ya no es tan empírico, el docente que está entrando ahorita, recién graduado, ya lleva otra perspectiva, eso sí, es un cambio lento”, explicó la experta.
No hay condiciones, infraestructura ni materiales
Ixel reconoció también que en muchos centros educativos del país no se dan las clases de educación física como deberían porque no se cuenta con los recursos necesarios.
Hay limitaciones en cuanto a instalaciones: no hay canchas, ni gimnasios, tampoco materiales, pero ella cree que todo eso tiene mucho que ver con el apoyo administrativo que reciba el docente por parte del centro educativo.
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Para la educadora, la clase de educación física es subestimada porque tiene mucho por aportar, pero se dan casos en los que ni los mismos papás le dan importancia y le hacen permisos a sus hijos para que no la reciban para que “no se suden ni se ensucien”.
La experta dice que esa falta de valorar la clase de educación física, el deporte y el ejercicio, es lo que hace que en Costa Rica sean muy pocas las personas que logren destacarse en el deporte y lleguen, por ejemplo, a unas olimpiadas.
“Yo soy de la perspectiva de que el estudiante debería recibir actividad física todos los días. De hecho, yo desarrollé en algún momento un proyecto donde los primeros cuarenta minutos de clases, toda la comunidad educativa, desde preescolar hasta quinto año de colegio, lo primero que hace es actividad física. Dos lecciones a la semana no es suficiente dentro de la clase de educación física.
“En las clases de educación física hay tres grandes momentos, el primero donde se desarrolla la base, ya después se implementan actividades específicas y, al final, en buena teoría, debería hacerse una reflexión sobre lo que se hizo ese día”, explicó la experta.
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También se capacita sobre el acondicionamiento físico, la actividad física, el desarrollo de juegos (deportes) individuales, colectivos, la importancia de no tener una vida sedentaria, entre otras cosas.
La falta de conciencia y de cultura de una vida saludable ha hecho que en Costa Rica se tenga el índice más elevado de casos de sobrepeso y obesidad en la población de 5 a 19 años en la subregión de América Central, alcanzando un preocupante 31,7%, según la Unicef.
Para mejorar en la materia urgen cambios a nivel país.
“Hay que fomentar el desarrollo de la infraestructura, invertir en gimnasios, en canchas, en materiales adecuados.
“Hay que mejorar la formación docente, sobre todo a los educadores con más años de dar clases, darles capacitaciones para actualizarlos, hablarles, por ejemplo, de la igualdad de género y de oportunidades.
La educadora dice que incluso se pueden hacer alianzas con municipalidades, centros de salud, asociaciones deportivas y otras organizaciones que colaboren.
Otra cosa que urge es actualizar los programas del MEP de educación física, los últimos con del 2013.