Costa Rica tiene el privilegio de tener al mejor tata del mundo, que además de convivir con una compañera infiel y que abandona a los hijos, él la sigue amando.
Este machote tiene plumas, vuela y lo más importante, él solito saca a sus hijos adelante.
Se trata de un ave llamada jacana que, por lo general habita en toda la provincia de Guanacaste, aunque también se le ha visto en el Valle Central y la Zona Norte del país.
Además de tener que responder por sus hijos, también debe soportar que su “pareja” se vaya con otros, pues por su naturaleza la hembra es infiel, pero aunque le pone los cachos de lo lindo a él no le importa.
Y por cierto, además de los cachos, la hembra también pone los huevos, los que abandona al repartirlos en diferentes hogares o nidos. Luego toda la responsabilidad le queda al macho.
Él se encarga de cuidarlos para que ninguna especie les haga daño, incluso tiene que enfrentar a la mala madre que en ocasiones regresa para quebrar los huevos.
Otra de la nobles características de este gran tata es que sabe “perdonar” ya que puede aceptar a su ex las veces que sea necesario, aunque en la mayoría de los casos, ella lo vuelve a abandonar.
Ronald Espinoza, experto del Zooave, explicó que en este tipo de especies es normal que sean los padres los que cuiden a los pichones.
“Las hembras copulan (se aparean) con varias parejas. Por ejemplo, a uno le dejan unos huevos, al segundo le dejan más y así van. Son los padres los que se encargan de cuidarlos”, comentó.
Espinoza explicó que el macho es el que les a da calor a los huevos para que sus polluelos logren salir del cascarón.
“Cada hembra deja entre 2 y 4 huevos por nido, después de ahí se va, entonces el padre los incuba en promedio durante 24 o 26 días hasta que ellos nacen”, destacó.
También es superhéroe
Una vez que nacen, las amenazas en el ambiente son muchos y provienen especialmente de otras aves y también del clima.
“En época de invierno los peligros son muchos, uno es la lluvia, entonces el macho lo que hace es que los traslada a un lugar seguro. Ellos han evolucionado mucho al punto que tienen en sus alas una especie de gancho que sirve para llevar a los pichones a lugares seguros, se ha determinado que los pueden mover dos (uno por ala) a distancias de por lo menos 50 metros”, aseguró el experto.
Luego de pasar estas pruebas de supervivencia, sigue una etapa de amor puro, ya que el tata se encarga de enseñarle todo al bebito para que se defienda cuando le toque irse de la cas.
“Es un proceso muy completo, porque cuando va a volar ahí está el papá, él prácticamente le enseña a atrapar peces y lo guía en su entorno, esto lo hace por aproximadamente un año hasta que se junta con otras aves. Esta especie siempre anda acompañada e interactúa con otras de su misma clase”, afirmó Espinoza.
No son tan malas
Aunque son infieles por naturaleza, lo cierto del caso es que a las mamás las mueve otro motivo más para dejar dejar la crianza solo en los padres.
“Ellas saben que algunos de sus huevos no van a pegar, entonces lo que hacen es poner todos los que puedan. Es como una forma de preservar a la especie y se reproducen, más que todo durante época lluviosa, es decir, pueden tener durante ese periodo muchas parejas”, comentó.