Hay un club de motoqueros “de peluche” que se llama Looney BikersClubcr, a cuyos miembros usted a lo mejor ha visto rodando por las calles del país o le han tocado el corazón a algún conocido con la noble obra social que hacen.
Este club nació hace 2 años y medio con el objetivo de juntar motociclistas de cualquier parte del país, con todo tipo de moto y cilindraje, pero que tuvieran un requisito superobligatorio: un corazón enorme. Bueno, y también un casco transformado en una figura de caricaturas, un elemento que también los hace únicos.
Hablamos con Rey Portilla, quien junto con su hija, Naightchell Portilla (22 años), y el exnovio de ella, Lex Bolaños, además de Danny Salas, fueron los fundadores.
Rey fue quien vio en Suramérica la idea de ponerle fundas de peluche, de personajes animados, a los cascos. Le encantó eso de ser un motoquero que, lejos de andar haciendo loco, pudiese llevar alegría y sonrisas a los niños.
“Desde que pensamos en un nuevo club nos propusimos convertirnos en gente que lucha por cambiarle la cara a los motociclistas. Hoy día hay muchas personas que piensan en un motoquero como alguien que anda haciendo loco, irrespetando las leyes de tránsito o asaltando en las calles.
“El club siempre se pensó totalmente abierto para cualquiera, porque la idea es que entren mensajeros, ya que queremos proyectar, también, una idea diferente de los mensajeros a toda comunidad a la que vayamos y ante todos los niños con los que compartamos”, explica Rey.
Sonrisas sobre dos ruedas
Lo de los Looney Bikers es llevar sonrisas y presentar a las personas en moto como gente trabajadora, honrada y con un gran corazón para las causas solidarias. Cuando se va a reclutar un nuevo miembro se le pregunta si está de acuerdo con la obra social, porque le tocará hacer tamaño poco de eso.
“Sí tenemos eventos recreativos, de esos en que solo salimos a rodar, a conocer y compartir, además, eventos totalmente dedicados a llevar alegría a diferentes lugares del país, ya sea solo con nuestra presencia por los cascos tan llamativos o como cuando de nuestro propio bolsillo juntamos dinero para alguna causa, como regalos de navidad o necesidades de familias muy pobres.
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“Cuando solo vamos de viaje siempre nos preocupamos por llegar a comer a alguna sodita que sea un emprendimiento, es bueno colaborar con la gente que está luchando por salir adelante. Cuando comenzamos éramos 15, ahora superamos los 80″, explica Rey.
Actualmente los presidentes del club son Cathy Araya y Javier Montes, mientras que Jorge Valverde es el capitán de rutas, el encargado de que en cada salida la caravana de motoqueros vaya en orden, respetando la ley, a los otros conductores y la seguridad.
Han hecho obras sociales de la mano de la fundación Blanca Sonrisa, Alimentando Esperanzas (un comedor de Santa Ana), la Fuerza Pública y la Cruz Roja, entre otros grupos. Cuando los buscan para asistir a un evento, porque hay alguna necesidad en una comunidad, ni lo piensan.
Cascos alegres
“Llegar a un lugar a ayudar a familias que lo necesitan llena demasiado el corazón, es una emoción que no se puede explicar. Nuestros cascos llaman demasiado la atención de los niños porque elegimos figuras de caricaturas y eso provoca muchas alegrías en los menores, esto tampoco tiene precio, se disfruta demasiado”, explica Cathy, a quien usted puede llamar al 6003-2699.
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Para sus cascos, los Looney Bikers usan personajes de fábulas, sobre todo de los Looney Tunes, por eso verá del cerdito Porky, del pato Lucas, del ratón Mickey, por supuesto que de Bugs Bunny, además, de otras series animadas como Pikachu, de las películas Monster Inc...
“Siempre que vamos rodando con el club hay respeto total y mucha seguridad. Tenemos señales para comunicarnos, hay gente encargada de cuidar la caravana, nos ordenamos en fila de uno o dos. Buscamos demostrar que sí pueden ir varios motoqueros juntos y ser respetuosos.
“Sobre el tipo de forro del casco, cada cual elige el que quiera, buscamos que no se repita, por ejemplo, que haya un Bugs Bunny, pero no hay problema si se repite porque la mayoría tenemos más de una funda. Ahorita tenemos varios Stitch (de la película Lilo y Stitch), no hay problema, lo importante es que los niños se diviertan”, reconoce Cathy.
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No hay problema
Le consultamos al tráfico Steven Ramírez, quien es vocero de la Policía de Tránsito, y él nos explicó que este tipo de fundas en los cascos de los motociclistas no están prohibidas en el país.
“La Ley de Tránsito actual no contempla nada sobre este tipo de decoraciones en los cascos. Lo que sí puede hacer un oficial de tránsito es revisar que los cascos que usan, realmente sean cascos de seguridad para motocicleta, que no anden solo la funda, pero nada más”, explica el oficial.