Mario De León es un nicaragüense cumplió su sueño de ser profesor de Matemáticas en la Universidad de Costa Rica, gracias a que siempre se esforzó y aprovechó las becas que le dieron desde que descubrió su amor por los números.
Desde muy niño, con apenas seis años, llegó a nuestro país y aunque había nacido en Guatemala, cuando llegó a Costa Rica en 1994 lo hizo como nicaragüense, pues esa era la nacionalidad de su madre, él tenía un año de vivir en ese país y cree que por eso se la adjudicaron.
Su mamá, Reina Urbina, llegó un año antes para buscar trabajo y casa así traerse a sus dos hijos, al principio vivieron en Rosario de Desamparados y desde 1996 se mudaron a La Carpio, donde aún reside su familia y él estuvo hasta el 2013.
Su infancia no fue fácil económicamente hablando, su madre era soltera y trabajaba como empleada doméstica para darles un buen futuro a sus hijos, pero gracias al esfuerzo que le ponía Mario a sus estudios, consiguió ángeles en su camino que le echaron la mano para ser lo que hoy es.
“Estudié en la escuela Finca La Caja (La Carpio), que para entonces era un ranchito con piso de tierra, y en el colegio Julio Fonseca de La Peregrina. Recuerdo al maestro Luis Eduardo Quesada que siempre me impulsó y comencé a agarrarle aún mayor gusto a las Matemáticas”, recordó el profesor universitario.
Empunchado
Mario contó que le gustaban tanto los números que empezó a estudiar prácticamente solo, se devoraba los libros de Matemáticas y todos los que se encontrara, lo que pronto fue notado por sus maestros que lo impulsaban a seguirse preparando y poco a poco las becas de estudio fueron llegando.
“Hay una anécdota que siempre me gusta contar y es que cuando yo estaba chiquillo mi mamá me regalaba libros de Santillana para estudiar y mi sueño era que quería crear libros de esa editorial y se me cumplió, en 2013 fui editor y participé en dos libros para Costa Rica, otros para Nicaragua y Panamá, todos para primaria y fue muy bonito”, contó orgulloso De León.
Entró a la Universidad de Costa Rica a estudiar primero Enseñanza de la Matemática y luego se metió a Matemática pura y actualmente está cursando una maestría en Matemática aplicada.
Mario demostró que no importan las circunstancias, cuando se quiere salir adelante, se puede con sacrificio y esfuerzo. Por ejemplo, como siempre le gustaron los libros se iba a las recicladoras que habían en La Carpio y escarbaba y escogía los libros que estaban más decentes y se los regalaban.
“Recuerdo una vez que iba caminando, vi un libro botado del ‘Maestro en casa’, estaba todo feo y olía horrible. Lo junté, lo llevé a la casa y lo perfumé, olía peor, pero según yo le quité el olor. En general le tenía un cariño especial a los libros y a estudiar”, contó el profe.
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La familia creciño en Costa Rica, y doña Reina Urbina, como madre soltera, sacó adelante a sus cinco hijos.
“A mi papá nunca lo conocí personalmente, solo por las redes sociales”, comentó.
Mario pensaba al inicio que era uno de los pocos profesionales que había logrado salir adelante en La Carpio, pero con el tiempo descubrió que hay muchos profesionales graduados de la U y vecinos de la ciudadela.
“Hay gente muy valiosa del barrio, algunos han salido de ahí como yo, pero sus familias siguen viviendo La Carpio. Costa Rica es un país muy bueno con los extranjeros cuando uno quiere estudiar, porque yo pude sacar mis carreras gracias a la beca que me dieron y siempre tuve subsidios del cole porque no tenía recursos, mi mamá ganaba muy poco”, recordó.
Mario está casado con Ana Trejos, no tiene hijos y vive en Carrillos Altos de Poás.
“Soy consecuencia de lo que ha pasado en Nicaragua desde los años 80, mi mamá se desplazó buscando un mejor futuro para ella y su familia”, relató Mario.