Manrique Jonathan Barboza Badilla vivirá eternamente agradecido con La Teja, ya que gracias a un reportaje que publicamos el 14 de junio del 2019, pudo encontrar a su hermana, Ginete Luciel Pérez el 12 de julio del 2020.
El golfiteño, de 43 años, está convencido que sin la nota de La Teja, no habría sido posible dar con su hermana.
A Barboza lo separaron de sus hermanas Ericka y Ginete cuando eran pequeños y se dio a la tarea de buscarlas. A Erica ya la había encontrado con anterioridad.
Según Barboza, él tenía 26 años de buscar a Ginete, pero tenía muy pocas pistas y no avanzó mucho en su objetivo.
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Ginete también admitió que fue gracias a la publicación de La Teja que se dio cuenta de que Jonathan la estaba buscando, así como por la ayuda que le brindó su hermana, Rosalba Pérez.
“Andaba visitándola en Alajuela y le dije que seguía buscando a mis hermanos por lo que ella comenzó a buscar por Internet y dio con el reportaje donde contaban que ellos también me estaban buscando”, recordó Ginete Luciel.
Los dotes detectivescos de Rosalba no se quedaron ahí, de inmediato comenzó a buscar cómo contactarnos y lo logró.
Pese a que pasó año y dos meses desde la primera llamada, la distancia entre ambos les ha complicado el reencuentro, pues Ginete vive en San Ramón y Jonathan en la zona sur, sin olvidar que todo se dio en medio de la pandemia.
Pandemia les dio duro
Muchos dirán que la distancia no es problema, pero la pandemia les complicó el panorama económico a ambos, ya que Ginete trabajaba en una soda y debido a los cierres se quedó sin brete. Actualmente trabaja limpiando medio tiempo las casas de sus familiares y otro medio tiempo en otra soda.
A Jonathan también se le complicó el asunto, pues trabajaba en construcción, por lo que la ha pulseado haciendo algunos camaroncillos y hasta ha tenido que empeñar las herramientas de trabajo para comprar comida.
Para colmo de males, hace un mes él y su pareja, Katherine Concepción Guerra, tuvieron covid y debieron ser hospitalizados. Él estuvo en el hospi de Golfito y a ella la trasladaron al Ceaco donde permaneció por diez días, pero por dicha vencieron al covid.
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“Como ella es hipertensa, asmática y otro montón de cosas, el doctor en Golfito me dijo que podía ser que ella volviera en bolsa o que regresara pochotona, porque con el covid no se sabe. Yo estaba con miedo”, recordó Jonathan.
Representante en su lugar
Pese a que ellos no han viajado para verse, la hermana de Ginete, Yanneth Pérez, quien vive en San Vito de Coto Brus de Puntarenas, decidió ir junto a su esposo a visitar a la nueva familia de su hermana, a los que también considera como su familia.
“Ella vino a pasear y estuvo con nosotros conversando sobre Ginete, contándonos anécdotas de ella”, dijo el hombre de 43 años.
Y el sentimiento es mutuo, pues para Manrique, doña Yanneth es como una hermana para él.
“Fue a visitar a mi prima Lolita y a la mamá de esta también. Llegó temprano y se fue tarde para su casa”, contó Barboza.
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Dos años antes de reencontrarse con Ginete, Jonathan había encontrado a Ericka, su otra hermana que vive en Noruega y que sí pudo conocer en persona, en setiembre del 2018, cuando ella vino junto a su esposo a conocer a su familia tica.
Asegura que tiene dos meses de no saber nada de sus hermanas, ni comunicarse con ellas pues se le quebró el teléfono y con todas las necesidades que enfrenta de platica, no ha podido reponerlo, así que cuando habla, se la juega con el celular de su esposa.
Sin duda, los años y la distancia no han podido aplacar el amor que se tienen estos hermanos, que aunque separados desde niños, pudieron reencontrarse aunque sea por mensajes y llamadas para recuperar un poco el tiempo perdido.