Hoy es el Día de los Fieles Difuntos, por lo que en La Teja destacamos a las personas que trabajan en las empresas funerarias, no solo porque viven cada día cerca de la muerte, sino también porque ellos experimentaron un cambio radical en su forma de laborar, debido al covid-19.
Ellos tuvieron que adaptar todos los protocolos necesarios para recoger los cuerpos de personas fallecidas por causa del mortal virus y en la que no pueden tener descuidos.
Julio Robles trabaja en funeraria Monte Sinaí, un negocito familiar cartaginés que ya ha atendido ocho casos de personas fallecidas por causa del coronavirus.
"Los casos covid van directo de la morgue al cementerio. El primero lo retiramos en el hospital Calderón Guardia y fue muy distinto entrar a la morgue y ver cinco personas en bolsas plásticas. Uno está acostumbrado a ver los cuerpos en camillas y con una sábana encima. Pero en bolsas es distinto. Uno dice “pobrecito, pobrecita la familia y el mundo entero lo que está viviendo”, comentó Robles.
A raíz de la pandemia ellos tuvieron que cambiar el traje entero por un kimono desechable, gorro , careta y cubre zapatos, además de cinco juegos de guantes para estarlos cambiando constantemente. Cubrieron con plástico los asientos de la carroza fúnebre y cuando regresan al negocio, se bañan cuidadosamente para continuar con sus labores.
Pero no solo esto cambió radicalmente su labor, también la realización de los funerales se vio afectada, pues el covid impide que la última despedida no sea como antes.
“Ahora la gente va con un poco de temor a los funerales. Quizá quiere abrazarse, darse el pésame, llorar juntos, pero ya no se puede, todo es a la distancia. Antes a los funerales llegaba demasiada gente, ahora si acaso son veinte personas. Al cementerio solo entran cinco y la vela se hace en un momentico. En los pueblos, lo que hace la gente es salir al corredor de la casa y ver cuando pasa la carroza. La gente levanta la mano, saludando de lejos. Es muy diferente”, contó Robles.
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Héroes funerarios
En Funeraria La Piedad están conscientes de que sus trabajadores le ponen el pecho a las balas ante la situación sanitaria que afrontamos.
Es por eso que ellos se sumaron a una iniciativa de la Asociación Gremial Latinoamericana de Cementerios y Servicios Funerarios, llamado Mundo Unido por la Vida.
Según explicó Tito Araya, gerente de mercadeo del camposanto La Piedad, la actividad fue un homenaje a esos trabajadores, a quienes llamaron héroes funerarios.
Ellos colocaron placas conmemorativas con sus nombres en el camposanto de Desamparados.
Pablo Morales, auxiliar de funeraria, dijo sentirse orgulloso de que s nombre perdure en agradecimiento a su labor durante esta pandemia y agregó que lo más duro de esta situación ha sido ver que los familiares no pueden despedirse de sus seres queridos debido a las restricciones sanitarias.
Luis Barrantes, jefe de funeraria en camposanto La Piedad, comentó que su trabajo requiere demasiado cuidado y es más riesgoso, pues no solo están en contacto con fallecidos que portaron el virus, sino también con sus familiares.
Para hacerlo lo mejor posible se capacitaron con un médico regente, compraron los equipos necesarios de protección y desinfección y les ha funcionado, porque hasta el momento no han presentado ningún caso positivo.
Más cremaciones
El covid también ha hecho que aumente el número de cremaciones. En el caso de La Piedad subieron a un 80%.
La cremación de los cuerpos es uno de los métodos más seguros ante un fallecimiento por covid, ya que se trata de un virus infectocontagioso.
Este método elimina o minimiza al máximo el factor de riesgo biológico que pueda afectar el ambiente, la salud y la vida de las personas.
La cremación dura dos horas y los restos se entregan a los familiares en una urna sellada.
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Néstor Solís, vocero de Ataúdes Económicos de Costa Rica, destacó que el aumento en los servicios funerarios tradicionales han sido pocos, entre un 5 y 10%, durante esta en esta pandemia.
Solís y Julio Robles, de Monte Sinaí, mencionaron que hay una gran oferta de funerarias y esa situación también influye en su negocio.
Robles aseguró que en el caso de ellos, el nivel de trabajo se ha mantenido y más bien las muertes naturales a su criterio han bajo un poquito. “Como que se cuida más la gente”, comentó.
Un criterio similar dio Rey Calderón, encargado de mantenimiento del cementerio Obrero, quien aseguró que en el caso de los sepultureros, la cantidad de trabajo ha disminuido un 30%.
"La gente se cuida más, se toma sus medicinas, hay menos menos piques y menos borrachos en las calles. Funerales por covid solo hemos realizado veinte en toda esta pandemia”, dijo.