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Fundación patrocinada por la realeza inglesa reconoce el amor de una bióloga tica-italiana por los tiburones

Ilena Zanella recibió premio que es catalogado como el “Óscar verde”

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Para Ilena, el mar es su vida. Su trabajo en favor de los tiburones martillo la llenan de satisfacción. Cortesía.

El amor por la vida marina y en especial por los tiburones martillo, hizo que la tico-italiana Ilena Zanella recibiera un reconocimiento internacional, el premio Whitley de conservación, catalogado por algunos como el “Óscar verde”.

Esta distinción le fue entregada el 1° de mayo en Londres, Inglaterra, donde la organización Fondo Whitley para la Naturaleza reconoció a siete líderes en conservación por sus trabajos en beneficio del ambiente. Esta fundación es patrocinada por la realeza inglesa.

Ilena presentó un proyecto llamado “Fortalecimiento del santuario del tiburón martillo golfo Dulce”, una iniciativa que pretende fortalecer el trabajo que realiza para la conservación de esa especie, precisamente en en el golfo Dulce, en el Pacífico sur.

Según el sitio web de la organización, cada uno de los siete ganadores recibió 40.000 libras esterlinas (un poco más de ¢30 millones), para que inviertan ese dinero en sus proyectos durante un año. En total participaron 120 personas de todo el mundo.

La bióloga ya tiene 22 años de vivir en el país. Cortesía.

Una misión con sabor a mar

Ilena es una enamorada del mar y sus recuerdos más bonitos los tiene cerca de la costa. Junto a sus papás llegó a Tiquicia cuando tenía 16 años y se instaló en Guanacaste. Su pasión la llevó a estudiar Biología Marina en la Universidad Nacional (UNA).

“Estar cerca del mar me da esa energía que necesito para vivir, tengo 22 años de estar en Costa Rica y no cambio mi vida por nada”, expresó.

La bióloga comentó que la atracción hacia los tiburones viene desde la universidad y en el 2004, cuando hizo la práctica profesional en la Isla del Coco, entendió que debía dedicarse a cuidar a esta especie marina.

“Los tiburones son animales malentendidos por la sociedad, vulnerables, impactados por la pesca y las personas no sienten empatía por ellos. Es primordial mantenerlos vivos, porque son depredadores de los ecosistemas marinos”, afirmó.

De la mano de Andrés López, su compañero de vida, fundó Misión Tiburón, para trabajar en la conservación de estas especies acuáticas y de la vida marina en general.

“Hace 10 años vimos que había un vacío sobre la temática de los tiburones. La fundación nace para investigar acerca del tiburón martillo, ya que es una especie en peligro de extinción y así procurar su conservación", expresó.

El tiburón martillo es una especie en peligro de extinción. Cortesía.

La fundación se encarga de monitorear a los tiburones con tecnología para saber hacia dónde se mueven. Los recién nacidos se desplazan hacia ciertos hábitats y luego buscan aguas más profundas. Uno de esos sitios es el golfo Dulce y, al tener estos espacios bien identificados, pueden trabajar con las comunidades para crear estrategias de protección.

Gracias a la aplicación de la tecnología, Misión Tiburón ha monitoreado a unos 70 tiburones.

Para dejar claro que la cosa no es jugando, Ilena aseguró que en la isla del Coco, en 15 años, la población disminuyó en un 45%.

“Creemos que la educación es fundamental, porque así podemos involucrar a las comunidades. Es importante la capacitación para jóvenes y adultos, para que entiendan que esta especie de tiburón no se debe comercializar. Sabemos que en el país se vende tiburón martillo para el consumo y muchas veces se identifica como bolillo”, manifestó Zanella.

La princesa Ana de Inglaterra (izquierda) estuvo presente en la entrega de los reconocimientos. Cortesía.

Un premio al esfuerzo

En mayo del año pasado, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) declaró los humedales del golfo Dulce como “Santuario tiburón martillo golfo Dulce”, siendo este el primero de su tipo.

Mientras que la postulación para el reconocimiento de Ilena se realizó hace seis meses.

“Me llamaron dos días antes de la premiación y me invitaron a participar en una capacitación. Tuve la oportunidad de conocer a personas de todo el mundo que comparten mi mismo interés y eso me llenó de satisfacción, porque también pude aprender de ellos”, expresó la bióloga quien en ese momento no sabía que había ganado.

El día de la premiación, la princesa Ana de Inglaterra (hija de la reina Isabel II) le entregó el premio. Ella es la patrocinadora de la fundación y durante la actividad tuvo la oportunidad de compartir con Ilena.

“Es una persona comprometida con el planeta y está muy atenta a los temas ambientales”.

Con el dinero recibido, comprarán equipo para seguir monitoreando, además adquirirán una embarcación y se reforzará el tema de capacitación para jóvenes y líderes comunales.

“Este es un reconocimiento para el trabajo que hacemos con mucho esfuerzo, es probablemente la experiencia más importante de mi carrera y me siento agradecida, porque este reconocimiento nos llega de energía”, finalizó.

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