Esta sábado por la mañana quedó instalado en el hospital Calderón Guardia el contenedor para almacenamiento de cadáveres.
Se trata de uno de los cuatro que estarán en ese centro médico, en el hospital San Rafael de Alajuela, el de San Carlos y el México. Así lo había informado el viernes el gerente médico de la Caja Costarricense de Seguro Social, Mario Ruiz.
Está en proceso uno para el San Vicente de Paul, en Heredia, que se convirtió en el tercer hospital con mayor número de pacientes con covid-19 en los últimos días.
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Los contenedores tienen capacidad para almacenar 25 cuerpos a la temperatura necesaria para que no se descompongan mientras sus familiares hacen las vueltas para darles sepultura.
Los contenedores se acondicionarán con estantes, rampa de acceso y piso de un material que facilita su limpieza y desinfección.
El doctor Ruiz explicó el viernes que la morgue del hospital Calderón Guardia se vio saturada de cuerpos y estudiaron la opción de enviarlos al CEACO (Centro Especializado de Atención de Pacientes con covid-19).
"Gracias a Dios no tuvimos que hacerlo porque las familias llegaron a recoger a sus seres queridos de una forma muy rápida pero lo tuvimos que contemplar”, dijo Ruiz.
La decisión de instalar los contenedores se debe al aumento en el número de víctimas mortales del covid-19 que se ha dado en los últimos días.
El jueves 10 de setiembre se informó de 24 muertes, este viernes 11 fueron 16 y este sábado fueron 7. En el país han muerto hasta ahora 590 personas a causa del coronavirus.
El nivel de saturación de todos los hospitales del país, en especial el San Juan, México, Calderón Guardia y CEACO tiene en alerta a las autoridades de salud ante el posible colapso de los centros médicos.
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De ser así, por más esfuerzos del personal para tratar de salvar vidas no habrá dónde atender a los pacientes por falta de camas ya sea que lleguen por un infarto, un accidente de tránsito o por complicaciones debido al covid-19.
“A las personas jóvenes, quienes se consideran menos vulnerables, y con menos riesgo, (les decimos que) estamos hablando de esas personas adultas mayores que ustedes aman”, dijo el presidente Carlos Alvarado.
El ministro de Salud, Daniel Salas, también hizo ver su preocupación ante un escenario en el que no se pueda atender a quienes lo necesitan.
“Es muy lamentable saber que tenemos todo en nuestras manos para prevenir que no nos quedemos sin ese servicio de salud que siempre hemos dado por un hecho. Cuando uno escucha una ambulancia sabe que va a llegar a emergencias y si ese paciente se complica va a tener una unidad de Cuidados Intensivos para atenderlo, pero estamos al borde de que eso deje de ser una realidad. Así de crudo es”, comentó Salas.
¿Cómo se maneja el cuerpo?
El patólogo del hospital San Vicente de Paúl Ruy Vargas explicó cómo es el manejo de los fallecidos por el covid-19.
“Durante el proceso el cuerpo se maneja comprendiendo que esta persona es el ser querido de una familia, el abuelo, el padre o madre, el hijo, o la hermana”, comentó.
El cuerpo se prepara donde murió, lo que incluye una exhaustiva limpieza, desinfección y preparación para minimizar el riesgo infeccioso. Se le viste cuidando de dejar limpio y descubierto el rostro para su posterior reconocimiento.
“El cuerpo es protegido con dos bolsas: una transparente interna y una oscura externa. La primera aísla el cuerpo y permite el reconocimiento por el familiar. La bolsa de color protege la identidad de la persona y completa la seguridad de un riesgo infeccioso para su transporte y manipulación de forma segura”, dijo.
Luego es traslado a la morgue con medidas de seguridad y limpieza por la ruta más corta.
El reconocimiento lo puede hacer sólo un familiar, que dispone de 15 minutos. Durante este periodo debe mantenerse al menos a un metro de distancia, sin tocar el cuerpo ni el féretro y debe usar mascarilla.
Una vez que se entrega a la familia el tiempo máximo de entierro es de menos de 24 horas y es imposible abrir el féretro. Hay dos opciones: el entierro o la cremación. La recomendación es que el cuerpo sea trasladado de la morgue al cementerio o al crematorio.
En caso de que los familiares quieran hacer un acto religioso, los especialistas recomiendan que sea corto, sin cuerpo presente, y siguiendo todas las medidas de prevención. Solo deben participar las personas que pertenecen al mismo núcleo familiar. Se puede aprovechar la participación virtual.