Johana Araya puso a competir en un concurso del grupo de Facebook Fotografías Antiguas de Costa Rica, una imagen lindísima de su mamá, doña Maritza Hernández, cuando hizo la primera comunión en el ya lejano 1960, la gráfica llamó muchísimo la atención porque la chiquita lucía un elegante vestido blanco, pero estaba descalza.
La curiosa imagen, que se llevó el primer lugar, fue tomada en 1960 en Retallano de Arado, Santa Cruz, Guanacaste, y doña Maritza tenía encontes 12 añitos.
En La Teja buscamos a aquella niña descalza, que ahora tiene 73 años, para conocer un poco más de su historia y revivir la hermosa foto.
La simpática señora nos contó que es la tercera de 14 hijos y su padre se dedicaba a sembrar maíz y frijoles, por lo que no tenía mucho dinero para comprarles zapatos.
“Vivíamos en la montaña, como a hora y media de la escuela y por eso solo me mandaron para aprender a leer y escribir, pero mi familia siempre ha sido muy católica y por eso la primera comunión no podía faltar pese a las carencias. Me mandaron a hacer el vestido y una tía me tomó la foto”, explicó Hernández.
Su hija Johana fue la que se enteró del concurso del grupo Fotos Antiguas de Costa Rica y le comentó a su mamá que si podía mandar su fotografía a lo que ella no tuvo problema.
“Yo no pensé que iba a ganar porque tanta foto que mandan, pero seguro más de uno se sintió identificado y por eso votaron”, dijo Maritza.
Cuando le contó que habían ganado el primer lugar doña Maritza se puso toda contenta, la imagen tuvo 3.400 “me gusta” y 545 personas dejaron un comentario.
Zapatos de quinceañera
“Tuve mis primeros zapatitos de tela a los 15 años, ahí conforme iba pudiendo mi papá, nos iba comprando. Eran tiempos bonitos, casi no nos sacaban al centro del pueblo”, recordó la guanacasteca de nacimiento.
Dos años después, con tan solo 17 años, una señora se la trajo para Desamparados, en Chepe, para que trabajara con ella en labores domésticas y pudiera ganar un salario y mandarle platica a sus padres para ayudarlos con los gastos.
“Mi primer salario fue de ochenta colones y me podía comprar mis propias cositas”, recordó orgullosa doña Maritza.
Desde entonces vive en la capital, actualmente en Curridabat junto a su esposo, Carlos Alberto Araya, y su hija Johana, la segunda de seis hijos. Tiene nueve nietos.
Otros concursantes
En el llamativo concurso participaron 57 fotografías que cumplieron con todos los requisitos y concursaron entre el 1 y el 7 de marzo. El premio era un celular Huawei, explicó Allan Valverde, administrador de la página.
El segundo lugar lo obtuvo la fotografía compartida por Silvia Elena Vargas, quien actualmente reside en Dinamarca y compartió la foto de su abuela Enriqueta Delgado, nacida en 1891 junto a sus tres primeros hijos: Rafael (el niño descalzo en la foto), Ñato y Hilda.
Silvia contó junto a la imagen un poco de su abuela, quien fue maestra en Rancho Redondo y viajaba todos los días a caballo desde Coronado, hasta que se pensionó.
Contribuyó a construir la iglesia de Coronado y vio pasar el cometa Halley en 1910, y volvió a verlo en 1986.
“Ella me contó que en 1910 el cometa se veía inmenso, la cola salía primero y luego la cabeza. Luego enviudó y se casó con mi abuelo, de ese matrimonio solo nació mi papá, ¡mi abuela tenía 50 años!
“La conocí ya anciana y me enseñó a leer y escribir antes de entrar al kínder, a coser a mano y bordar. Me llevaba junto a mis primos de vacaciones en tren a Puntarenas. Me inculcó el hábito de lectura. Mis primeros libros fueron las revistas de selecciones que coleccionaba.
“En su casa se almorzaba a las 11 a.m., siempre en el menú había sustancia de jarrete con tomillo y culantro del jardín. Luego venía el plato fuerte: tortas de carne, puré de papas, plátano maduro y ensalada. No puedo olvidar el olor de esa sustancia...la sopita de Queta.
“Murió a los 100 años. No hay un día que no piense en ella. Este es mi homenaje a una mujer excepcional”, escribió doña Silvia.
Finalmente el tercer lugar fue la foto enviada por Vanessa Castro, quien compartió la foto de su abuela Pilar Valverde Murillo, cuya imagen era conservada por su familia en Herradura, Garabito, Puntarenas.
Fue tomada por un estudio que al pie de la foto se denomina “De Céspedes, Heredia, C.R.”, ahí inició su investigación para conocer un poco más de la foto tomada por Amando Céspedes Marín, benemérito de la Patria, en 1981.
“La fotografía no tiene fecha, pero con base en estos datos, podría haberse tomando entre 1910 y 1920. El traje que luce es muy particular y me llamaron la atención esos detalles. Ella fue maestra en Acosta, estuvo casada con un talabartero de Moravia”, recordó Vanessa.