Los portones de los cementerios del país estuvieron abiertos de par en par para familiares y amigos de los fallecidos, este 2 de noviembre, Día de los Difuntos, algo que no sucedía al 100% desde el 2020 por la pandemia.
Esto fue aprovechado para poner bien guapetonas las tumbas de los seres queridos que ya no están.
Visitamos el cementerio Obrero y el General en San José, solo como dos ejemplos del entusiasmo que en todo el país mostraron quienes llegaron a una visita que para muchos tenía días de no realizarse.
En el Obreros nos encontramos a los Alvarado que estaban poniéndole bonito a la limpieza de la tumba de la familia, la cual tenían desde el 2020 un poco descuidada por culpa de la pandemia que provoca hasta el día de hoy el covid-19, con buena agua y jabón la dejaron como nueva.
En un pequeño recorrido pudimos comprobar que las flores volvieron y por montones a las lápidas, algo que estuvo muy escaso en los últimos dos años.
En el cementerio General encontramos muy sentido y concentrado en sus oraciones a don Sergio Palomo, quien tiene 75 años.
“En este cementerio están mis abuelos, mis papás y dos hermanos. Me alegra mucho poder venir el propio 2 de noviembre porque es una fecha especial, es un día de visita obligatoria que no se pudo hacer desde el 2020.
“Es bonito ver cómo en diferentes partes del cementerio, otra vez, volvieron las familias y hasta hubo misa (a las 9 de la mañana). Uno lleva a los que no están en el corazón y es muy bueno estarlos visitando. Se ve muy bonito todo lleno de flores”, comenta este vecino del barrio Los Ángeles de San José.
En la catedral Metropolitana, en San José, hubo misa en memoria de los difuntos y monseñor José Rafael Quirós aprovechó para bajar a la cripta de los obispos, que está en el mismo terreno de la catedral, y con agua bendita y oraciones, bendecir y pedir por los servidores de Dios que ya no están con nosotros.