Fieles de la parroquia San Antonio de Padua, en Coronado, defienden la labor del sacerdote Jafet Peytrequín y están inconformes con las denuncias hechas contra él por otros católicos.
Este lunes, un grupo de personas afirmó a La Teja que el sacerdote los trata de “chismosos y terroristas”, en las misas y además incumple con varios de sus compromisos como párroco.
Isaac González, quien le sirve al templo desde que tiene 10 años, defiende el trabajo realizado por Peytrequín desde su llegada a la comunidad coronadeña.
“Es una persona accesible que tiene varios nombramientos a nivel de la Arquidiócesis. Pasa muy ocupado porque tiene otras responsabilidades fuera de la parroquia, pero cuando debe sacar tiempo para la comunidad lo hace”, expresó.
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González dijo que el cura tiene la capacidad de liderar una comunidad de cerca de 2.000 creyentes.
“Es una persona inteligente y posee ese liderazgo de trazar el camino y guiar a otros. No anda mandando, brinda recomendaciones y nosotros, como colaboradores tratamos de ejecutarlas de la mejor manera posible”, indicó.
González colabora como coordinador de los coros y dijo que no entiende qué tipo de resentimiento puede haber en las personas que se quejan del cura. Cree que son personas que no han sintonizado con el plan de trabajo arquidiocesano.
Desde afuera
Johanna Jiménez no sirve en el templo, sin embargo, rescató la labor del sacerdote y afirmó que lo único que hace Peytrequín es hablar con la verdad.
“Empecé a congregarme en la parroquia hace cuatro años. He visto la forma en que el cura se dirige hacia la comunidad y nunca me he sentido ofendida en las homilías, al contrario, rescato lo bueno y lo que debo guardar en mi corazón”, manifestó.
Jiménez explicó que aunque no conoce al cura personalmente está contenta con su labor. Explicó que aunque algunos no están de acuerdo con él, deben ser tolerantes.
Daño a la parroquia
Frente a los cuestionamientos, el cura expresó que se ha hecho un gran daño a la parroquia y a las personas que sirven en ella.
“En un ambiente de voluntariado no se le puede imponer a trescientas personas hacer las cosas si en ellas no existe algo de convicción”, indicó.
Peytrequín agregó que su preocupación es el trabajo que los servidores realizan y este es el que debe defenderse y cuidarse.
“La cantidad de signos, de actividades de cuidado que cada persona en su ministerio es increíble y esto pasa desapercibido porque lo hacen para el Señor”, manifestó.