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Fantasmas del Sanatorio Durán están vivitos y asustando

Fenómenos paranormales siguen manifestándose en fotografías

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En dos de las ventanas del lado derecho de la foto, se pueden ver como dos caras. CORTESÍA. (Rosario Brenes)

Como el Sanatorio Durán inició su etapa de remodelación, muchos piensan que sus días de fantasmas se están acabando, pero qué va, los seres del más allá están vivitos y asustando, gozando de muy buena salud, como bien lo demuestra una fotografía tomada el pasado 12 de julio.

Los fines de semana son los más aprovechados por ticos y extranjeros para visitar el misterioso lugar, por eso muchas fotografías que circulan en redes sociales con lo que la gente considera un fantasma apareciendo de la nada, son tomadas un sábado o domingo, sin embargo, la más reciente “aparición”, fue miércoles.

Doña Rosaura Brenes, quien tiene 50 años, jamás había visitado el antiguo hospital, a pesar de que le encanta ir a pasear a Prusia, el bosque donde está el sanatorio, jamás se le metió la idea de visitar un lugar que ella conoce muy bien, pero por las historias que otros cuentan, sobre todo las de espíritus.

El pasado miércoles, como muchas veces ha hecho, doña Rosaura quiso aprovechar que el día estaba riquísimo y se fue a tomar un cafecito a Prusia, desde tempranito llegaron a Tierra Blanca, pero les llamó la atención que el sanatorio estaba abierto y se animaron a entrar.

“No era nuestro objetivo entrar, de hecho nunca lo fue para mí, pero como ya estábamos en la zona y lo tenían abierto, además, como recién remodelaron una sección, las ganas de vinear me ganaron y junto con mi amiga, entramos”, confesó doña Rosaura.

Por todas las historias que ha escuchado en su vida del lugar, entró asustadilla, no mucho porque no es de creer en esas vainas, pero se dio cuenta que tanto cuento le afectó porque habían unos muchachillos haciendo un recorrido y cuando gritaron en medio de bromas, ella sintió algo raro, se asustó.

Como buena graduada de Artes Gráficas, doña Rosaura es amante de la fotografía, entonces con su celular se da gusto fotografiando todo lo que se le atraviese: flores, gatos, atardeceres, amaneceres, la luna y este caso, sin saberlo, fantasmas.

Dentro del antiguo hospital sacó su pasión fotográfica a relucir y le tomó foto a todos los rincones, no pensando en que algo le iba a salir, sino para registrar su visita porque como era la primera, quería dejar todo el lugar bien documentado, eran como las diez de la mañana y el sol seguía fuerte.

“Aunque uno no crea en esas cosas (fantasmas), cuando entré dije, que la sangre de Cristo me proteja, no sé, sentí la necesidad de decirlo, seguro por tanto que uno escucha de ese lugar. Pensé también que por el lugar en el que estaba podía haber un virus viejo y se me podía pegar, en fin, uno piensa de todo.

“Tomé una gran cantidad de fotos, pero como había mucho sol, no podía ver muy bien la pantalla del celular, fui borrando algunas que quedaban movidas y así, pero dejé la revisión para otro momento, me concentré en tomar buenas fotos”, afirmó esta vecina Los Ángeles de Cartago, quien es católica y muy seguido va a misa a la casa de la Negrita.

El mismo miércoles revisó en su casa las fotografías, pero nada le pareció extraño, así que borró otras que no le gustaron y hasta ahí todo bien, olvidó por cinco días lo que había tomado en el Sanatorio Durán, estaba segura que fueron simples fotos de un lugar abandonado.

El pasado lunes 17 de junio unos amigos la visitaron en su casa, ella les contó que había ido al sanatorio y ellos la vacilaron que por ir a ese lugar no iba a poder dormir… y en verdad, no durmió nada.

Junto a esos amigos se pusieron a buscar cosas raras en las fotos, de esas que cuenta la gente que le aparecen cuando van al Durán, pero nadie vio nada, los amigos se fueron y ella se fue a su cama, pero tuvo un sueño espantoso y después no pudo pegar los ojos del susto.

En esta otra foto de doña Rosaura, al fondo como que algo se ve, pero mejor que cada cual juzgue. CORTESÍA. (Rosaura Brenes)

“Creo que uno sicológicamente es quien se afecta, uno como que mezcla todo y construye cosas que no son verdad. Yo cociné pescado esa noche que no pude dormir nada y entonces como que sentí que se me quedó el olor y no me lo pude quitar, me pareció extraño, pero nada de qué preocuparse.

"Durante el poco tiempo que me dormí, tuve una pesadilla, me soñé que una mujer de pelo macho me perseguía para embarrarme una miel gris, pero no pudo alcanzarme, seguro como yo siempre me protejo con la sangre de Cristo, por eso no pudo. Cuando me desperté, ya no pude dormir más”, explicó.

Como no podía dormir se puso a revisar las fotos y fue cuando vio dos caras en una de las fotos, en unos ventanales, entonces se las envió a sus amigos a ver si veían lo mismo y muchos le confirmaron que sí, que había dos caras, incluso una amiga ve una tercera.

“Yo no creo que dos cosas se aparecieron en la fotografía, o sea, que dos seres se me manifestaron en la foto, pienso más bien que por las luces del sol, el deterioro de la paredes y la forma en que tomé la foto, pues parece que hay algo parecido a dos caras. Es que yo no creo mucho en esas cosas”, comentó.

Conversamos con Mario Castro, quien es parte de un grupo de cinco investigadores ticos de este tipo de casos, que se llama Servicios de Investigación Paranormal 506, lo contactamos porque no es una persona que se cree todos los cuentos, para él y sus compañeros la ciencia es fundamental para explicar muchos fenómenos, por eso trabajan seriamente. En el grupo hay un médico, un ingeniero, un técnico en Electrónica y Comunicaciones y un criminólogo.

“Una de las noches que estuve en el sanatorio escuché gritos, fue hace como cinco años, si usted me lo cuenta no le creo, pero yo lo viví, eso fue lo único, me habría encantado tener una experiencia directa paranormal, pero no fue así. Mucho de lo que dicen que pasa en el sanatorio, está en la mente de las personas”, aseguró Castro.

Marco Castro es investigador de lo paranormal en tiquicia desde hace cinco años. CORTESÍA. (Marcos Castro)
Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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