Los nuevos diputados que iniciarán labores el próximo 1° de mayo se podrían llevar un buen susto mientras trabajan.
Decimos esto debido a una leyenda de terror que se ha escuchado durante 30 años por todos los rincones de la Asamblea Legislativa.
Según cuenta la historia, en el edificio Sión, donde actualmente se encuentran las oficinas de algunos legisladores, se ha visto a una monja caminar por los pasillos.
Antonio Ayales, director ejecutivo del Congreso, explicó que la edificación se inauguró en 1887, es decir tiene 131 años de existencia y funcionó como un colegio exclusivo para mujeres y, como seguramente usted ya dedujo, era administrado por monjas.
El centro educativo del que hacemos referencia es el Nuestra Señora de Sión, que fue fundado por religiosas francesas en 1878, por iniciativa del entonces presidente Tomás Guardia.
Su primera sede estuvo en Alajuela, pero en 1887 se trasladaron al centro de San José, al hoy edificio legislativo. Para 1960, las encargadas de ese lugar decidieron mudarse a Moravia donde todavía se encuentran. Por varios años el lugar estuvo vacío.
La estructura fue declarada patrimonio nacional en 1988, ese mismo año fue habitada por los diputados durante el mandato del presidente Óscar Arias Sánchez.
“Estas son leyendas de los costarricenses, al menos yo nunca la he visto. Lo que sí ha ocurrido es que se escuchan sonidos, especialmente por las noches, quizás es porque ese edificio es viejo y de madera, entonces tranquean muchas de sus partes”, comentó Ayales.
Religiosa enojada
José Miguel Corrales, quien fue diputado, contó que, desde mucho antes de ser legislador, había escuchado narraciones macabras sobre la aparición de esa mujer.
“Nosotros somos muy dados a sacar ese tipo de cosas y más sabiendo que el edificio fue habitado por monjas. No recuerdo tener alguna mala vibra en ese lugar, pero sí escuché en algún momento que se sentían cosas extrañas en ese lugar”, explicó.
El terreno donde se encuentra el edificio fue donado por doña María de Jesús Gallardo y Alvarado a la Curia de San José, tan solo 5 años antes de que se iniciara la construcción.
La idea original era levantar una iglesia en ese lugar; sin embargo, los planes cambiaron para que finalmente se impartieran lecciones.
Originalmente la edificación tenía una capilla, la cual ahora está convertida en oficinas, que son ocupadas por diputados.
A lo mejor esto es lo que ha molestado a la religiosa, quien según cuentan algunos, deambula penando por esos pasillos.
Un guarda de seguridad de la Asamblea, quien tiene 21 años de trabajar como vigilante en el edificio de Cuesta de Moras, reconoció que la historia es real y que le para los pelos a cualquiera.
“Yo no la he visto, el que la vio fue un compañero que ya se pensionó. Él nos dijo hace como 10 años que solo la vio por detrás y estaba vestida de blanco, como las monjas de antes. En esta vida hay que creer y también dejar de creer, lo que espero es que no se me aparezca”, explicó.
El agente agregó que, de acuerdo con la historia que su colega le contó, la monja estaba levitando.
“Nos dijo que estaba flotando en el aire y que no se movía, recuerdo que me contó que tuvo que salir corriendo porque pensó que le podía pasar algo malo”, añadió.
Carlos Chaves, más conocido como MacGyver, nos contó que la monjita aparentemente murió en ese lugar mientras cumplía su trabajo.
“Yo ya tengo 30 años de trabajar aquí y lo que he escuchado es que la señora se murió, nunca se ha sabido de qué o cómo fue”, explicó.
Cuento viejo
Doña Clara Sánchez, de 80 años, asistió en 1952 a ese centro educativo y nos contó que la historia nació en 1890 a raíz de la muerte de una madre.
“Recuerdo que siempre nos decían que apareció muerta al lado de un escritorio, unos decían que le dio un paro y otros que la habían matado, pero nunca se supo realmente qué fue lo que pasó porque eran historias que iban y venían. Tampoco nos contaron de quién se trataba o la edad que tenía”, expresó.
“Yo sí creo en esas cosas, recuerdo que por las mañanas se escuchaban cosas raras en la parte de arriba, como puertas que se cerraban solas o ventanas que aparecían quebradas”, añadió.
Son buenas
Juan Luis Jiménez Succar, de Liberación Nacional y quien tiene su oficina en esa parte de la Asamblea, mencionó que al inicio de su periodo se llevó tremendo susto cuando tuvo que ir a su despacho a eso de las 3 de la mañana para recoger las llaves de su carro.
“Ese día le pedí a Dios que no se fuera la luz porque ya había escuchado esa historia, a uno le da mucho miedo. Cuando iba caminando sentía escalofríos de solo pensar en eso y en ese momento dije: ‘solo hace falta que se vaya la luz’”, recordó.
Enrique Sánchez, diputado electo por San José y quien será parte del nuevo plenario en este 2018, afirmó no sentirse asustado ya que, a su criterio, las monjas son buenas.
“Miedo no tengo, he tenido buenas experiencias con monjas, me parece que son buenas personas. Estoy pensando en instalarme en ese edificio (el Sión) y espero no llevarme alguna sorpresa”, expresó.
Un sufrimiento en vida
Teófilo Masís, experto en hechos paranormales, comentó que la presencia de esa figura se puede deber a que la mujer sufrió en vida estando en ese lugar.
“Posiblemente le ocurrió algo muy fuerte, tal vez la muerte o un hecho que la marcó y por eso no quiere salir”, comentó.
“Las edificaciones como estas, que son tan viejas, tienen un elemento que las hace contener aún más a las almas. En espacios donde hay mucha madera, como este, las almas penan más y por lo general aparecen por las noches y se manifiestan en espejos”, continuó.
Para setiembre del 2019 se espera que esté inaugurado el nuevo edificio de la Asamblea, que estará ubicado al costado oeste de la actual estructura, quizá así pueda descansaren paz la monjita.