Lauren Wasser es una modelo estadounidense que, en el 2012, aprendió de la manera más dura los peligros a los que se enfrenta una mujer por el mal uso del tampón.
Ella sufrió una infección conocida como síndrome de shock tóxico, un trastorno poco común provocado por la intoxicación del organismo con la bacteria Staphylococcus aureus que se relaciona con el uso de productos de higiene femenina como los tampones.
La joven, de 29 años, desde entonces se ha encargado de contar su historia para que otras mujeres no sufran lo que ella enfrenta desde hace cinco años.
Además, Lauren anunció hace pocos días que los médicos le tendrán que amputar también la pierna izquierda, debido de la misma infección del 2012.
"Estoy sufriendo un dolor insoportable a diario. Dentro de unos meses, inevitablemente, me amputarán la otra pierna. No hay nada que pueda hacer al respecto, pero lo que sí puedo hacer es asegurarme de que no le pase a otras mujeres", dijo en una entrevista a la revista 'In Slyle' tras conocer la noticia.
¡Qué no le pase lo mismo!
Para que a usted no le pase lo mismo, le contamos cuáles son los cuidados que debe tener si opta por utilizar este producto, diseñado, en apariencia, para mayor comodidad de las mujeres.
"Cualquier cuerpo extraño que se quede dentro del organismo puede generar un proceso infeccioso, sobre todo cuando son derivados de sustancias orgánicas (frijoles o algodón con sangre). Si se meten en la nariz, oído o vagina esos objetos descomponen y empiezan a generar la infección porque gran cantidad de bacterias van a invadir la sangre", explicó el ginecólogo Mauro Fernández.
Lo que sí aclara Fernández es que esta infección no sucede por el uso del tampón como tal, sino por el mal uso que se le dé, como ignorar las recomendaciones que trae el empaque.
"Aunque parezca mentira, a muchas se les olvida que andaban un tampón y se lo dejan dentro por más de dos horas (que es el tiempo recomendado) o hasta días, porque se pusieron un segundo producto sin sacar el primero por el mismo despiste. También puede pasarles que un condón que se quede dentro", añadió Mauro.
El doctor Mauro recibe al año unas seis pacientes, para que les ayude a sacar el tampón y al menos una de ellas, ni se acordaba que lo tenía ahí, sino que llegó porque presentaba dolor abdominal, flujo verde amarillento y hediondez producto del descuido.
La mujer con shock tóxico puede presentar fiebre, escalofríos entre 24 y 36 horas después de la intoxicación, pero la buena noticia es que en el momento en que se quita el objeto extraño y con el tratamiento con antibióticos puede curarse, aunque a veces requiere internamiento.
Otros síntomas son mal olor, dolor de huesos, en especial la cadera, y deshidratación. Lo bueno es que sacarle el tampón de la vagina no duele y es muy rápido, añadió Fernández.
Si no se trata a tiempo, puede perder algún miembro como en el caso de Wasser o producirle hasta la muerte, explicó la infectóloga María Luisa Ávila.
No solo por los tampones
El shock tóxico no solo se da por el desaseo con el tampón, también puede producirse después de una herida que se infecte por tétano o de una operación que se infecta y no es curada adecuadamente, añadió el ginecólogo Carlos Luis Zúñiga.
Eso sí, el doctor Zúñiga advirtió que si le dio alguna infección de este tipo, aunque leve, en el pasado, no es recomendable que se exponga usando tampones que luego lleven a consecuencias más graves.
"La sangre es un medio de cultivo para algunas bacterias y cuando se queda aglomerada en un punto, esas toxinas pueden llevar a un cuadro grave, que puede causar la muerte. Por eso las cajas de tampones vienen con la advertencia, tanto del tipo de sangrado para el que se recomienda su uso, como el tiempo recomendado", explicó Ávila.
La doctora añadió que si se tiene sangrado abundante, los tampones deben usarse el segundo y tercer día de la menstruación y deben cambiarse cada dos o tres horas máximo.
"Muchas mujeres usan el superabsorbente cuando casi no hay sangrado, para poder dejárselo más horas, pero esta es una práctica que podría costarle caro. Siempre hay que cambiarlo con frecuencia y saberlo usar", explicó la exministra de Salud.
Además, recomienda limpiarse con toalla húmeda tras su uso, para eliminar los restos de sangre y evitar la multiplicación de bacterias.
Estos productos de higiene femenina pueden producir resequedad vaginal, predisponer la presencia de hongos y otras bacterias propias de la zona e infecciones urinarias.