Este domingo por la mañana La Teja se fue de ride para el Sanatorio Durán a conversar con los visitantes de las instalaciones que albergaron a cientos de enfermos de tuberculosis entre 1918 y 1973, cuando cerró sus puertas como hospital.
La mañana estuvo bastante concurrida de familias y grupos de amigos que se dieron cita en su mayoría para pasar un rato agradable y a la vez, ver qué pescaban los lentes de sus cámaras y celulares.
Entre los cazafantasmas estuvieron Brandon Solís y Esteban Céspedes, vecinos de Chepe, que se fueron con otros siete compas a tomar fotos y aprovechar el día en las instalaciones, aunque según nos contaron, aún no se había topado con ninguno.
"Yo considero que el que busca encuentra, todo depende de la intención con la que uno viene a este lugar", indicó Brandon.
Los que sí tuvieron mejor suerte fueron los miembros de la familia Rojas, a quienes en varias de las fotografías que se tomaron, les salió, según aseguran ellos, lo que parecía ser la mitad del rostro de un hombre y en otra hasta lo que parece ser la carita de un niño.
"Nos pasó en un cuarto que es como oscuro, varias de las fotos que nos tomamos, se ve la misma figura como de medio rostro. Además, en algunos sectores se siente como más frío, como en la morgue, mientras que en otros como un mirador que había en lo alto, la sensación era más bien de paz", explicó doña Antonieta Rojas.
El menor de la familia Diego González, nos contó que al principio tenía miedo, pero que se emocionó tanto con lo encontrado en las fotos que quería tomarse más y hasta se separaba de su familia.
Pelos parados
Los Cordero Anchía viajaron desde San Ramón de Alajuela, no se decepcionaron pues aunque no encontraron ninguna imagen extraña en sus fotos, guardaban la esperanza de que al llegar a la casa y revisar los videos, pudieran apreciar algo.
"Tengo toda la fe de encontrar algo en mi teléfono, pero si hay partes donde se siente una opresión en el cuerpo. Me pasó en los primeros pasillos y en una especie de piso subterráneo que hay cerca de la lavandería", dijo Jenny Cordero.
Su madre doña Xinia Anchía también tuvo la sensación de que alguien más los acompañaba.
"Hay partes como la morgue, donde uno siente una presencia extraña porque está como más frío te para los pelos porque no es una presencia buena. Incluso, empezando por el clima que por ratos llueve y por otros sale el sol, lo deja pensando a uno", agregó Anchía.
Igual le pasó a Alvaro Sandoval, de Heredia, quien cada vez que visita el sanatorio siente que se le paran los pelitos de los brazos por el escalofrío.
"He tomado algunas fotos, pero no me ha salido ningún fantasma, solo he visto una que tomó un amigo mío hace como cinco años en la que se ve una figura como de una persona en silla de ruedas al final del pasillo", contó Sandoval.
Si usted quiere ir a probar suerte para ver si pesca algún fantasma, puede darse la vuelta por las instalaciones ubicadas en Prusia de Cartago. Abren de martes a domingo, de 8 a.m. a 4 p.m.