Cuatro miembros de la familia Picos Hernández salieron de Venezuela el 25 de setiembre del 2017, con la ilusión puesta en Costa Rica dejando atrás la crisis tan ruda que hay en ese país.
Luego de tres meses de pensar cuál sería el mejor destino, si venían todos o unos se adelantaban para acomodarse, decidieron caer en piña a Tiquicia y por supuesto que su pequeña mascota Aslan sería parte de la aventura.
El peludito es un french puddle cruzado con Shih tzu y tiene cuatro años de ser el consentido de la casa.
Sin embargo, Aslan no pudo viajar con sus amos y debió quedarse en Caracas, con la exesposa de un familiar y está deprimido por la falta que le hace su familia.
Los venezolanos pasaron todo el viaje llorando por el perrito y hoy en día, hacen esfuerzos para traerlo a Costa Rica, pero el permiso cuesta $600 (más de 300 mil colones) y no tienen el dinero para eso, es más; los Picos Hernández, ni siquiera han podido conseguir trabajo formal en nuestro país.
“Habíamos investigado todo sobre el traslado del perrito con una organización en Venezuela que se encarga de los papeles para mascotas y nos dijeron que como era para Costa Rica no necesitaban la validación”, dijo David Picos, uno de los hijos.
Pero al llegar al aeropuerto empezó el calvario para la familia, pues a la hora del chequeo no los dejaron pasar con Aslan por una escala que el vuelo debía hacer en Panamá. Dicha parada obligaba a la familia a presentar el documento y ya no tenían tiempo. Aslan debió regresar con Jennifer, una familiar.
Ella lo está cuidando, pero la depresión por no estar con sus seres queridos ha hecho que coma poco y esté totalmente decaído de ánimo.
“Es la primera vez que nos separamos tanto tiempo. Pasamos todo el viaje tristes y llorando”, aseguró David.
A raíz de la situación, Picos abrió un perfil en el sitio generosity.com, una plataforma que da a conocer historias con un trasfondo social para obtener recursos y puedan cumplir sus metas. Hasta el momento solo han recaudado $49 (unos 27 mil colones).
Raspan la olla
Los venezolanos están muy ilusionados en nuestro país. Aunque no han conseguido trabajo, la siguen pulseando y están muy agradecidos con Kattia Gil, la madrina que los recibió en San Diego de Tres Ríos.
“Soy repostero y maquillo y me han salido trabajos ocasionales, pero vivimos con mi madrina (Kattia). Ella nos apoya mientras conseguimos algo, tiene como once años de vivir aquí”, contó David.
En la casa, su madrina tiene tres perros, los cuales David espera que sean primos de Aslan una vez que logren traerlo a Costa Rica.
“Son tres hembras muy tranquilas. Las dos más grandes castradas y la otra aún no. Sé que se llevarán bien”; expresó Picos.
David confesó que la situación en Venezuela ya era insostenible para su familia y por eso prefirieron venirse a Costa Rica.
Contó que a veces conseguían arroz, otras veces pastas o enlatados y otras nada. Así es la situación con los alimentos.
"Una vez debimos comer papas en sus diferentes presentaciones, fritas, en puré, doradas porque no conseguíamos otra cosa", contó David
Aseguró que los supermercados les avisan a algunas personas que ya tienen alimentos y ellos acaparan los productos para venderlos al triple del costo original, esas personas son los llamados bachaqueros.
Tampoco podían salir con tranquilidad por la inseguridad, en cualquier momento aparece alguien que les quita cualquier cosa.
"De Costa Rica debimos enviar medicinas para la atensión de un familiar porque allá no se consigue casi ningún medicamento", afirmó Picos.
Poco a poco
El veterinario Mauricio Jiménez indicó que es lógico que el perrito y la familia estén tristes y enumeró detalles que deben tomar en cuenta para ayudar a Aslan.
“Es importante que en su nueva casa le den alimentos gustosos, ojalá en la misma taza de comida y a las mismas horas porque los perros funcionan por asociaciones. Al cambiarlo de hogar, le están rompiendo todo su esquema, es como iniciar de nuevo”, explicó Jiménez.
También recomendó que si tenía cobijitas o trapos en la casa se los lleven para que al menos pueda hacer una asociación positiva con su nueva casa.
Aseguró que cuando se incorpore otra vez con la familia deben tener paciencia porque ya hay tres perras.
“Es un clan formado, que ya tiene sus reglas y habrá que ver si él se adapta y pasa a ser el alfa del grupo o si una de las hembras seguirá siendo el alfa”.
Recomienda dar de comer de forma separada y que las perras logren hacer una asociación positiva con Aslan cuando lo vean, como actividades o algún premio.
Si usted quiere colaborar para que esta familia se reencuentre con su perrito puede llamar al 7078-8641 o escribir a gabyandrogynous@gmail.com.