Eduardo Vindas, su esposa Lidia Artavia y el hijo de ambos, José Eduardo, se salieron de las cobijas mucho más temprano de lo acostumbrado, este miércoles 5 de marzo, porque tenían una misión especial que cumplir.
Este no es un miércoles cualquiera para los fieles católicos, es el Miércoles de Ceniza y se acostumbra ir a misa para que les pongan una cruz de ceniza en la frente.
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Eduardo cuenta que él siempre había ido a esa misa en la noche, después del trabajo, pero debido a las presas llegaba tarde a la Eucaristía y bien cansado, por eso este año decidió hacerlo diferente.
“Este año decidimos venir a misa de cinco de la mañana, mi esposa y yo trabajamos y mi hijo estudia, entonces ir a misa más tarde se nos complica. Normalmente, yo me levanto pasadas las seis de la mañana, pero hoy lo hice a las cuatro″, contó.
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Ellos asistieron a la parroquia San Rafael Arcángel, en San Rafael Arriba de Desamparados.
“Me parece una bonita hora para venir a participar en esta celebración tan especial. A uno lo criaron con estos valores, de venir a ponerse la ceniza y vivir la Cuaresma, por eso siento la necesidad de venir para recibir la cruz de ceniza que es como un regalo de Dios para recordarnos lo importante de este tiempo que hoy iniciamos y de que debemos reflexionar”, agregó el desamparadeño.
Eduardo dice que ahora el país está viviendo momentos de desesperanza y violencia y precisamente la Cuaresma debe impulsar un cambio.
“Hay que pedirle mucho a Dios por todo lo que está ocurriendo, nuestra juventud está siendo tomada por la droga y esto hace que todos los días mueran muchachos asesinados.
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“Este es un tiempo de reflexión en el que todos estamos llamados a hacer un cambio para ser mejores y dejar atrás lo que nos hace mal. Ojalá que nuestras plegarias ayuden a tocar corazones de personas que andan en malos caminos para que vuelvan al rebaño de Dios y pare esta ola de homicidios que ha llevado tanto dolor a muchas familias”, manifestó el fiel.
El Miércoles de Ceniza da inicio a la Cuaresma, un periodo de 40 días que termina con la Semana Mayor. En la costumbre católica, este tiempo debe estar marcado por la penitencia, el sacrificio y la reflexión, para que la gente haga un cambio y llegue a la Semana Santa con un corazón renovado.
La gente pide la misa bien temprano
El cura Oldemar Ruiz, párroco de la comunidad, contó que la misma gente es la que pide la misa tan temprano.
“La gente pide misa más bien más temprano, gracias a Dios que piden la misa. A los ticos responsables nos gusta mañanear, así un día como hoy vienen a misa y ya luego se van tranquilos para el trabajo”, comentó el sacerdote.
El religioso asegura que la Cuaresma debe ser un tiempo que marque la vida de la gente y la lleve a la reflexión y al cambio.
“Hay un Dios que nos llama, que nos busca, que nos quiere encontrar para que rectifiquemos el camino doloroso que muchas veces llevamos debido al pecado.
“La Iglesia como sabia y maestra nos llama a un camino de renovación, de cambiar actitudes, de renovar la vida porque esta continúa pese a las situaciones difíciles y no tenemos por qué aferrarnos al dolor y al pecado. Siempre se puede cambiar lo que está mal, pero hay momentos de la iglesia muy fuertes, como es la Cuaresma, que nos llama a la penitencia, a hacer obras de misericordia, a arrepentirnos de nuestros pecados y ponernos a pensar en que lo malo debemos dejarlo atrás”, aseguró el sacerdote.