Las guitarras donadas por la familia de Marco Calzada -joven asesinado a puñaladas en San José- a comunidades indígenas de Talamanca permitirán que un grupo de monjitas evangelicen y compartan con personas de zonas alejadas.
Así lo explicó monseñor Javier Román Arias, obispo de la Diócesis de Limón, quien recibió la donación de guitarras de manos de los papás de Marco.
Este sábado que viene las Hermanas de la Caridad de Calcuta llevarán los instrumentos musicales a las comunidades de de Alto Cuen y Bella Vista.
El religioso contó que las monjitas han estado viajando a Talamanca a compartir con los indígenas y a evangelizar. Los viajes son a las comunidades de Alto Cuen y Bella Vista.
“Hace poco vino una hermana salvadoreña que sabe tocar guitarra y cuando llegó a los pueblos indígenas muchos le pidieron que les enseñara a tocar ese instrumento, por eso pedimos a la gente que nos donaran”.
“La familia de Marco tuvo un gesto hermoso, Dios nos manda a perdonar setenta veces siete y solo una familia llena de fe y de amor es capaz de perdonar un daño tan grande y seguir adelante ayudando a otras personas en medio de su dolor. Ellos le están dando un ejemplo a la sociedad, deberíamos aprender de su enseñanza, el aferrarse a la venganza y el odio no deja nada bueno, al contrario, el perdón da libertad”, manifestó el cura.
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Gran ejemplo
Hace unos días el obispo hizo un llamado a la población para que quienes pudieran donar guitarras para llevar a comunidades indígenas lo hicieran y la familia de Marco, en medio del dolor tan grande que están viviendo por la pérdida del joven, recogió varias guitarras entre sus conocidos y las llevaron a Limón.
“Ellos vinieron a dejármelas a mi oficina, es una familia que está llena de amor y felicidad, eso es lo que irradian y lo hacen porque tienen a Dios en el corazón”.
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Este domingo salió en el Eco Católico un artículo escrito por monseñor Javier Román Arias en el que precisamente hablaba de los casos de Marco Calzada y de Manfred Barberena, otro joven que fue asesinado también en el centro de San José en un asalto.
El religioso destacó en el escrito la gran capacidad que tuvo la familia de Marco de perdonar a los asesinos de su hijo y hasta pedirle a la gente que oren por ellos para que puedan enmendar su vida.
“...han sido capaces de asumir en su vida un perdón que no es sinónimo de olvido, ni mucho menos un perdón que exima de responsabilidad o que piense que no se debe hacer justicia”.
“Pero es un perdón sin venganza, un perdón que sorprende y que ha llevado a muchos a decir: ‘yo no podría’, ‘si a mi me pasa algo similar no sé que haría’ y muchas otras expresiones que son muy similares y humanamente posibles; pero el perdón no es olvido, es un proceso que lleva a recordar sin dolor y que tampoco se da de un día para otro”, escribió el obispo.