Don Ronald Vega y Mayra Villalta tienen 36 años de casados y el resultado de ese amoroso matrimonio son cinco hijos (Miguel, Nancy, Cristina, Moisés y Yelissa), tres nietos (Yuslin, Wanda y Nicole) y un hermoso minimuseo casero.
Desde hace más de 20 años esta pareja, vecina de Bajo Las Cañas, en Alajuela, se dedicó a decorar la casa hasta hacerla parecer una tienda de todo tipo de artesanías, que fuimos a conocer por los 200 años de vida independiente que cumple Costa Rica el 15 de setiembre.
Sin embargo, antes de adentrarnos en su patriótico rinconcito quisimos saber cómo están viviendo el ambiente previo al bicentenario y doña Mayra hasta le dio un consejo a todos los ticos.
“Nos ha gustado mucho la decoración que pusieron en Paseo Colón y otros lugares y nos alegra ver todo lleno de banderas, será muy especial porque son 200 años.
“Pese a que no se pueden hacer desfiles, ni recorrido de la antorcha, que la gente desde sus casas decoren el doble este año para resaltar la festividad”, aconseja doña Mayra.
Ahora sí, entrar al nidito de amor de este matrimonio es como viajar en el tiempo a la Tiquicia de hace muchos años.
Ambos se dedican a las manualidades, doña Mayra recibió, durante más de 11 años, clases de todo tipo de especialidades y técnicas y don Ronald heredó de su padre, Manuel Ángel Vega, ya fallecido, el trabajo en madera, por lo que juntos han hecho maravillas.
Cada detalle en madera que hay en esta casa fue creado por don Ronald, y si hablamos de manualidades en puntillismo, tejido, bordado, pintura, repujado, entre otras técnicas más, la experta es doña Mayra.
En la casa de la familia Vega Villalta hay de todo y en todo lado, como colgantes, llaveros, jarras, vasos de colección, cocinas de leña, comales, jarros, bacinillas, una máquina moledora de café, tejas pintadas, en fin, todo lo que uno se pueda imaginar de lo que solían usar nuestros antepasados.
La pareja cuenta que desde hace muchos años inició todo con una teja que pintó doña Mayra con ayuda de una amiga, y así poco a poco fue llenando la casa de cosas que tienen un valor importante, porque o fueron elaboradas por ellos o porque fueron regalos.
Los más recientes son la moledora de café, la bacinilla y un pichel de losa que eran propiedad de doña Imelda Durán, madre de don Ronald, quien falleció en julio de este año. Él nos cuenta de dónde saca inspiración para algunas de sus creaciones.
“Cuando hay fechas importantes, como el Día del Amor y la Amistad, yo elaboró algo en madera y se los regalo a mis hijos, me gusta regalar y trabajar la madera, me apasiona, veo ideas en Internet y trato de hacer lo más parecido posible, además trato de usar cosas recicladas”, cuenta don Ronald.
Independencia una época especial
A esta familia le ilusiona más setiembre, por la independencia, que la misma Navidad, porque aseguran que a la patria hay que amarla, hay que dar todo por ella y resaltar el orgullo de ser tico.
Por eso, aunque en la casa siempre tienen accesorios típicos, en setiembre todo eso se acomoda y se le da más realce a los adornos con enfoque alusivo a las fiestas patrias.
Por ejemplo, las cortinas llevan una mariposa con los colores de la bandera, hechas en tejido por doña Mayra y la mesa del comedor pasa decorada con una carreta, con vajilla de lata, como usaban nuestros abuelos, además de verduras frescas y otros elementos alusivos a nuestro antaño.
Apenas entramos a la casita, fuimos recibidos con música típica, una rica gelatina de piña y don Ronald y doña Mayra estaban vestidos con sus trajes de campesinos.
Doña Mayra dice que se siente orgullosa de ser tica y que desde muy pequeña les enseñó a sus cinco hijos a tener amor y respeto por nuestro país.
“Siempre debemos celebrar nuestra independencia, nuestro amor por Costa Rica, por eso aquí siempre hay en cada rincón un detalle típico”, explicó Mayra.
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Y así es, hacia donde uno vuelva a ver hay algún detallito que fue delicadamente elaborado por ellos, o regalado que lo hacen sentir a uno dentro de una tiendita de artesanías.
Material reciclado
La sencillez de esta pareja alegra a cualquiera que ingrese a la humilde morada y más cuando ve el brillo de los ojos de ambos en el momento que muestran cada detalle. Para ellos vivir así, con su casita abarrotada de patriotismo, es lo más satisfactorio.
Es importante mencionar que muchas de las cosas que trabajan las hacen con material reciclado, tapas de botellas, latas de atún o de frijoles, entre otros.
Coco, el perrito chihuahua de seis meses, no le hace mucha gracia que le pongan chonete, pero por lo menos se dejó para las fotos.
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Don Ronald trabaja en Cervecería Costa Rica y doña Mayra en el hogar, pero siempre sacan un ratito de su tiempo para compartir café o un aguadulce con tortilla palmeada o pancito casero.
Luego del gustito, ambos ordenan bien la casa, porque tener tanto chunche, conlleva su tiempo.
“Bueno, tengo paciencia y ahí voy poco a poco, claro cuando termino, ya lo primero (que limpió) está sucio otra vez, pero trato de mantener las cosas ordenadas”, dice la señora de la casa.
La familia trata de reunirse toda una vez a la semana, comparten mucho, porque a los pequeños les gusta ver la casa de los abuelos tan llena de cosas.
La salvada es que los nietos no son muy traviesos, por lo que las cositas no corren mucho peligro.
“Ya ellos saben que las cosas debemos cuidarlas, pero es un orgullo que ellos aprendan esto y que ojalá sigan la tradición”.
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