Este martes el presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) actualizó la lista de cantones que pasan a alerta naranja debido al aumento de casos que se presentaron en las últimas tres semanas.

Se trata de cuatro cantones, entre los que destaca el cantón central de Limón, donde este domingo se observó la presencia de gran cantidad de personas en las playas Bonita y Piuta, al noreste de la ciudad.

Por lo que ya se ven las consecuencias del comportamiento irresponsable de algunos de sus pobladores y que molestaron a las autoridades locales y nacionales.

Los cantones de Belén en Heredia; Garabito y Montes de Oro en Puntarenas y el distrito de Palmar en Osa también subieron su clasificación a alerta naranja.

Sin embargo, ¿qué significa estar en alerta naranja a partir de este 9 de setiembre que inicia la etapa de apertura? Prácticamente nada, porque justamente en pro de la reactivación económica, todos los comercios con permiso sanitario de funcionamiento y que no involucren actividades de muy alto riesgo, como eventos de concentración masiva, bares, casinos, balnearios, entre otros podrán abrir sin restricciones en todo el país.

Ahora, lo que se pondrá en práctica es el modelo de gestión compartida “Costa Rica trabaja y se cuida” en el que los gobiernos locales, la empresa privada y hasta los viceministros tendrán la responsabilidad de evaluar el cumplimiento de las medidas preventivas para combatir el virus. La revisión será cada 15 días.

Al respecto, el alcalde de Limón, Nestor Mattis anunció a la ciudadanía que este miércoles a las 11 a.m., anunciará las medidas que llevará a cabo la muni para contrarrestar la propagación del covid-19, en conjunto con las autoridades de Salud y de Seguridad Pública locales por el cambio de alerta a naranja.

Salas indicó también que la mayoría de los casos positivos están asociados a actividades familiares y sociales, un 35%, lo que refleja que no se están respetando adecuadamente las burbujas.

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Iglesias con más gente

El ministerio de Salud anunció la tarde de este martes que ante la solicitud de la Conferencia Episcopal y la Federación Alianza Evangélica Costarricense, se autorizó la capacidad permitida de fieles en los templos, pasando de 75 personas a 125 y un límite de diez personas como equipo de apoyo de las labores.

Salas también informó que este martes se sumaron 21 fallecidos por covid-19.

Catorce hombres y siete mujeres fueron las víctimas de las últimas 24 horas. Un aumento significativo ya que la semana pasada se venían dando diez fallecimientos al día en promedio.

Los fallecidos tenían edades entre los 42 y los 93 años. Ya suman 531 muertos en seis meses.