Si Fabricio Alvarado, de Nueva República, ganara la presidencia los temas religiosos influirían en decisiones que afectarían al país.
Así lo explica Alberto Rojas, teólogo y director de la Escuela Ecuménica de la Universidad Nacional (UNA).
Rojas aseguró que, según su opinión profesional, la religión no influiría directamente en el mandato del nuevo presidente, (siempre que no sea Fabricio) ya que este se regiría por aspectos más políticos y económicos.
“Por ejemplo con don Eli (practica el judaísmo), me parece que él tomaría decisiones a partir de sus concepciones económicas y políticas, y muy por debajo estarían sus percepciones religiosas”, explicó.
“Casi todos los demás candidatos van a actuar de esa manera, exceptuando a don Fabricio Alvarado, pues él ha dicho que su visión religiosa va a influir dentro de la política pública, dentro de lo que él va a determinar que va a ser el quehacer de su Gobierno”.
Rojas agregó que el panorama actual es muy diferente al de hace 50 años, en el que casi todos los candidatos eran católicos.
Hoy rompen ese molde Alvarado, quien es cristiano evangélico, y Eli Feinzaig, quien profesa el judaísmo, pero la gran mayoría siguen siendo católicos, como por ejemplo doña Lineth Saborío, del PUSC; o José María Figueres del PLN.
— “Antes que las personas fueran católicas era como lo normal y que no se hiciera ningún referencia a un grupo religioso por parte de los candidatos también era muy normal, porque se daba por hecho que todos eran católicos”, dijo Alberto Rojas, teólogo.
Rojas explicó que este cambio en cuanto a representaciones políticas relacionadas con la religión empezó a darse en Estados Unidos con la elección de George W. Bush, luego esa tendencia fue adoptada de a poco en Tiquicia.
“Para la elección de Bush hijo, se dieron cuenta que había muchas personas evangélicas conservadoras que tenían preocupaciones en relación a sus valores y que si electoralmente se tocaban esas fibras de principios y valores eso podía redituar en votos, entonces los sectores de derecha comenzaron a tomar en cuenta esas preocupaciones y generaron un discurso político para movilizar a esas personas”, explicó.
Según Rojas, en Costa Rica sucedió algo similar cuando algunos candidatos empezaron a buscar el apoyo de iglesias diferentes a la católica para empezar a mover votos de sectores que han venido creciendo.
“Algunas encuestas han detectado que la población católica es más o menos el 52%, ya no es una mayoría aplastante, sino que ahora hay personas que tienen otro tipo de confesión, sobre todo evangélica, pero también hay personas que aunque son creyentes no están adscritas a ningún grupo religioso”.
Aunque la religión sigue siendo un aspecto muy importante para los ticos, Rojas dijo que no es un factor determinante para escoger candidato.
“Dentro de las diferentes religiones en Costa Rica hay diversidad de pensamiento político”, detalló.
Sin embargo, si hay un pequeño porcentaje de la población que ejercerá su voto de acuerdo a sus a principios religiosos.