Álvaro Ramos, el primer presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) del gobierno de Rodrigo Chaves, le hizo una importante advertencia al mandatario sobre la tercerización de los servicios de salud.
Ramos recordó que el presidente le consultó por la posibilidad de hacer alianzas públicas-privadas y su respuesta fue muy clara, ya que debido al tipo de modelo de costos de la institución, el tema era delicado.
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“Yo le dije que si hubiera un modelo de costos más robustos no vería problema en poner esto en práctica, pero como lo tiene, le sugerí tener algo para el 2025, porque los procesos hay que actualizarlos y si se aceleraba podría haber vacíos legales.
“Pero la sugerencia que le hice no le gustó mucho al presidente, porque creyó que ese plazo era muy extenso. Sintió que se podía hacer más rápido y yo le dije no se puede hacer así, porque en el momento en que se haga más rápido la probabilidad de conflictos legales empieza a subir mucho”, comentó.
“Este no es un contrato que salió de la nada, que es misterioso y que nadie sabía de él”.
— Álvaro Ramos, expresidente de la CCSS.
Huele feo
Ramos contó que mientras estuvo en la Caja, él nunca revisó esos contratos, para la adjudicación de los ebáis, que se está investigando en este momento, sin embargo, reconoció que buscó opiniones, porque era un tema delicado.
“Para mí, había un tema de gobernanza, de todo lo que antecede a ese contrato, de ignorar los criterios de las unidades técnicas y conseguir que una señora, fuera la única que terminó aportando un criterio a favor y que fue con eso que se firmó”, mencionó.
Sobre esta investigación, Álvaro no está sorprendido y lamentó lo que está pasando. Para él, nada bueno se veía venir sobre la forma en la que se adjudicaron estos centros de salud.
“Yo supuse que este tema iba a tener cola legal por lo que había trascendido: que una sola persona había firmado el documento técnico que sustentaba la decisión es algo muy inusual en la Caja, porque siempre los documentos vienen con sustento de múltiples instancias técnicas y sobre todo un contrato tan grande como este.
“Este no es un contrato que salió de la nada, que es misterioso y que nadie sabía de él, es es un contrato que ha sido una discusión casi que hasta de filosofía, que ve hacia el futuro, entonces el haberse decantado por este tipo de decisiones con tan poco fundamento jurídico, pues sí me imaginaba que iba a traer consecuencias, esto huele feo”, relató.