Muchos padres acostumbran hacer la romería a la basílica de Los Ángeles junto a sus hijos y aunque darles un ejemplo de devoción y agradecimiento a la Negrita es muy noble, lo más recomendable es no exponerlos a recorrer distancias tan largas, especialmente si son muy pequeños.
La ministra de la Niñez, Gloriana López, hizo un llamado la semana anterior a no exponer a los menores a distancias más allá de sus capacidades, razón por la cual en La Teja nos dimos a la tarea de averiguar qué era lo más aconsejable en estos casos.
El asesor deportivo y director coach del Team Sergio Molina (su empresa), afirma que se debe tener la mayor prudencia posible con los niños.
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“Si bien es cierto los niños tienen capacidades muy altas, por ejemplo un niño es capaz de soportar hasta 200 pulsaciones por minuto en un ejercicio o jugando, hay que tomar en cuenta que ellos están en crecimiento y sus articulaciones, huesos, ligamentos y tejidos están en construcción, por lo que no se les puede exponer a grandes caminatas, ya que que podrían afectar esa etapa del crecimiento”, explicó Molina.
Por eso les recomienda a los padres que tengan pensado llevar a niños menores de diez años que planifiquen paradas de descanso prolongodo o llevarlos en coche, ya que exponerlos a trolear desde San José a Cartago, que son más de 20 kilómetros, no es bueno.
“Los niños nacieron para jugar y para divertirse y no para exponerlos a esas largas distancias. Desde mi punto de vista el que podría hacerlo es el menor que tenga sus huesos y articulaciones más formados que es a partir de los 13 años y, además, llevar las tenis adecuadas, hidratarse no solo con agua, sino con bebidas con sodio, magnesio y zinc para evitar los dolores y contracturas musculares”, agregó el asesor deportivo.
Molina aconsejó también que lleven lentes y gorra, accesorios que ayudan a bajar la temperatura corporal cuando el sol pega directamente sobre el cuerpo y que permiten hacer el camino más ameno.
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Niño sano
A otra a la que pedimos su opinión fue a la pediatra María Luisa Ávila, quien nos dijo que depende mucho de la condición del paciente.
“Es muy variable porque hay chiquitos que ya están acostumbrados a caminar con sus papás, pero lo más importante a considerar es la condición del niño, si es sano, pueden llevarlo, pero lo ideal sería a partir de los 10 años”, dijo la doctora.
Los más chiquititos van a caminar más lento, y tendrán algunos inconvenientes.
“Llévelos con ropa cómoda, zapatos que no les apriete mucho el pie y con buena media para prevenir ampollas, bien hidratados, llevarles un suéter dependiendo de la hora a la que vayan a caminar, bloqueador solar para niños. Si es asmático, llevarle la bombita, frutas bien lavadas y empacadas, evitar comprar comida que venden a la orilla de la calle”, dijo Ávila.
Si el niño no está acostumbrado a ejercitarse o si padece obesidad mejor no llevarlo.
El niño no deben de entrenar como adultos, solo jugar si son menores de diez años”.
— Sergio Molina, asesor deportivo