Los expertos aseguran que los esfuerzos que han estado haciendo algunas municipalidades para fumigar las calles y carros en un intento desesperado para frenar el contagio de COVID-19, no sirve para nada.
Modesto Alpízar, alcalde de Alajuelita, contó que en ese cantón se está haciendo una segunda ola de desinfección con el fin de bajar los casos que han hecho que el lugar se mantenga en alerta naranja.
“La idea es que con estas acciones podamos bajar los casos positivos del virus y así ir volviendo poco a poco a la normalidad. La situación económica se ha visto muy afectada, no hemos podido hacer el mercadito los fines de semana y eso ha golpeado mucho el bolsillo de los agricultores y comerciantes de Alajuelita”, explicó Alpízar.
En Desamparados, donde también ha aumentado el número de contagios, están luchando por salir de la alerta naranja que se mantiene en varios distritos. Ahí también la Muni está invirtiendo plata en fumigar los lugares donde se han reportado más casos de COVID-19.
Natalia Romero, encargada de prensa de la institución, contó que solo este martes visitaron más de 50 lugares para desinfectar calles, aceras, paradas de buses y hasta carros. La vocera dijo que se espera que el viernes se haga otro recorrido por otras zonas.
Mala inversión
Pese a las buenas intenciones de los gobiernos locales, los expertos aseguran que el fumigar las calles no sirve de nada en la lucha contra el mortal virus.
La infectóloga y exministra de Salud, María Luisa Ávila, asegura que sería mejor que usar esas desinfecciones para eliminar criaderos del dengue que ha ido en aumento en los últimos días.
“Usted limpia las calles y rápidamente se vuelven a ensuciar. La limpieza usual, barrer recoger residuos sólidos es suficiente para esas superficies”, explicó la doctora.
La infectóloga Gisella Herrera coincide con Ávila y dice que sería mejor que usaran el dinero que invierten en las fumigaciones en comprar mascarillas.
“El virus no se transmite en la calle, se transmite de persona a persona. Cuando la saliva de una persona contagiada cae a la calle el calor, los rayos ultravioleta, la lluvia y otros factores lo destruyen..
“Es muy distinto en las superficies donde llega mucha gente como los supermercados, por ejemplo, ahí sí se necesita la constante desinfección de mostradores, estantes y todo eso, pero en la calle no, eso es botar la plata, como para que la gente vea que se está haciendo algo, pero en realidad no vale la pena”, aseguró la especialista.