La exministra de Comunicación Patricia Navarro facilitó a La Nación audios de conversaciones efectuadas en Casa Presidencial entre el 10 de mayo y el 2 de setiembre del año pasado.
Según explicó, comenzó a grabar conversaciones desde el 10 de mayo, dos días después de la toma de posesión, porque sentía que estaba siendo utilizada y necesitaba “documentar hechos que podían ir contra la ley o la ética”.
Ese día, el 10 de mayo, se produjo una “situación complicada” que la afectó mucho, en relación con un decreto, al “ver al presidente en su esencia”.
Agregó que el 17 de mayo, cuando el mandatario Rodrigo Chaves dirigió en persona el video conocido como “no entendemos”, ella entendió que “con él no se iba a poder negociar”.
El video “no entendemos” fue la respuesta de Presidencia a un artículo publicado por La Nación el 17 de mayo del 2022, en el cual se evidenció que Presidencia ordenó hermetismo a los departamentos de Comunicación de las instituciones públicas, en una reunión efectuada en Casa Presidencial.
“Seguí tratando de hacer mi trabajo, ya estaba desgastada el 31 de mayo, yo quería ya irme. Estaba muy enojada porque sentía que no estaba siendo respetada ni valorada, ni mi criterio se estaba considerando.
“Me sentí utilizada y tenía que seguir las órdenes que me daba Jorge Rodríguez (entonces jefe del despacho presidencial) de parte del presidente o el mismo presidente”, dijo Navarro, quien fue despedida de su cargo el 2 de setiembre.
“Y también he decidido hablar y dar a conocer todo lo que yo sabía, todo lo que yo viví, porque el señor presidente no ha tenido el valor de decir la verdad y comerse la bronca como él dijo que lo iba a hacer”, continuó Navarro.
Sin confianza
El politólogo Sergio Araya concluyó que esto que hizo Navarro, filtrar los audios a la prensa, denota la falta de confianza hacia sus superiores.
“Independientemente de las razones que dio Navarro, esto evidentemente es un indicador de que no se trabajaba en equipo: en un equipo lo que debe privar es la confianza, si usted tiene que estar grabando todas las conversaciones que tiene con sus superiores y a escondidas, quiere decir que no hay confianza.
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“Esta es una muestra de las altas rotaciones que han habido y que parece seguirá siendo la tónica de este período. No se ha logrado conformar un equipo de trabajo con una unidad de visión, de conducción y por eso, una señora ministra de Comunicación, que era la cara visible, prefiriere grabar las conversaciones privadas que sostenía con su superior y con los demás colaboradores de ese momento”, manifestó.