Roberto Samcam Ruiz, un exmilitar del Ejército Popular Sandinista considera que Costa Rica debería tomar precauciones en la zona fronteriza luego de la invitación que le hizo Nicaragua al ejército de Rusia.
Samcam tiene toda la autoridad para hablar del tema porque, además de haber sido militar con Daniel Ortega entre 1979 y 1991, desde el año 2018 vive como exiliado en nuestro país.
A continuación las contundentes respuestas del exmilitar una vez que se supo que el presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, expresara preocupación por la eventual presencia militar rusa en Nicaragua a partir del 1 de julio y hasta el final de este 2022.
-¿Qué significa, para Costa Rica, que el ejército ruso llegue a Nicaragua?
Representa la posibilidad de nuevas violaciones a la soberanía de Costa Rica en la zona fronteriza. Anteriormente, el Ejercito Nacional ha estado patrullando la zona con militares cubanos y venezolanos, en prevención del ingreso de gente armada desde Costa Rica hacia Nicaragua, pero esto no se ha traducido en la disminución de la migración irregular, más bien ha aumentado.
Por otra parte, es posible que haya más incursiones de uniformados nicaragüenses en sectores fronterizos del lado tico, como parte de las maniobras anunciadas entre los militares rusos y los nicaragüenses.
-¿Debe Costa Rica, por el momento político actual, temer algo?
Por el momento político y en el futuro, Costa Rica nunca debe abandonar su política de ser un país sin ejército, refrendado desde 1948. Eso le da una mayor fuerza moral y apoyo de la comunidad internacional ante cualquier violación a la soberanía nacional por parte del régimen de Daniel Ortega.
Esa es precisamente su mayor fortaleza. Si debería Costa Rica invitar a naves de ejércitos amigos, como ha hecho en el pasado, para realizar entrenamientos navales, por ejemplo, y fortalecer la lucha contra el narcotráfico y sus capacidades de prohibición en aguas del Caribe.
-¿Siente que Ortega quiere decirle algo a Costa Rica con la presencia militar rusa en su país?
No creo, Ortega está obsesionado con llamar la atención de los Estados Unidos para que negocie con su régimen. No le interesa, por ahora, Costa Rica. Sin embargo, podría, en un futuro, tratar de crear desestabilización o situaciones indeseables en la zona fronteriza, como un mecanismo de decirle a los Estados Unidos de que es un peligro para la estabilidad de la región y es necesario negociar con él.
-¿Debería Costa Rica tomar algún tipo de precaución?
Sí. Es necesario que Costa Rica tome sus precauciones en la zona fronteriza, que se puede traducir en un mayor patrullaje y presencia física y tecnológica (uso de drones, por ejemplo), para controlar el tráfico irregular, ya que Ortega podría, como es muy probable que lo esté haciendo, infiltrar agentes de inteligencia para ampliar sus redes en territorio costarricense, buscando cómo controlar las actividades del exilio político nicaragüense, o introducir elementos armados para crear falsos positivos en la zona fronteriza.
-¿A qué le huele esto de los rusos en Nicaragua?
El tema de la mayor presencia rusa en Nicaragua tiene el marcado sello de Daniel Ortega, quien utiliza las confrontaciones geo estratégicas internacionales para tratar de que su régimen dictatorial sobreviva.
No le importa mantener la paz en la región, ni provocar una escalada armamentista en Centroamérica, su único interés es mantener el poder y poder traspasárselo a su mujer o a sus hijos.
Cree que Nicaragua es una finca de su propiedad y como tal gobierna. Costa Rica siempre ha sido una piedra en el zapato, odia profundamente la democracia costarricense y en especial a expresidentes de este país, como don Óscar Arias y doña Laura Chinchilla.