Más de 60 organizaciones de exiliados nicaragüenses en Costa Rica y otros países como Estados Unidos, se unieron en una sola voz este 18 de abril para asegurar que su lucha contra el régimen del dictador Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, seguirá con paso firme.
En el hotel Ave del Paraíso, en San Pedro de Montes de Oca, ofrecieron una conferencia de prensa para demostrar su unión y conmemorar los cuatro años de la rebelión cívica de 2018, además, rendir homenaje a las más de 300 personas asesinadas y a todas las víctimas de la dictadura Ortega-Murillo, precisamente, en los últimos cuatro años.
Explicaron que su objetivo principal son las más de 180 personas que hoy se encuentran injustamente encarceladas y que deben ser liberadas de inmediato y sin condiciones. Confirmaron que no dejarán de denunciar y exigir su libertad y se comprometieron a mantener la lucha hasta lograr que brille la justicia.
“A cuatro años de la ‘Rebelión de abril’ y respondiendo a esta demanda del pueblo, las organizaciones firmantes de este documento, bajo ese espíritu de unidad, hemos iniciado procesos de diálogo, conversaciones, y acciones conjuntas, que despojadas de sectarismos y de diferencias ideológicas nos deben llevar a trabajar unidos y cohesionados, hasta recuperar la libertad de las personas presas políticas y de Nicaragua entera”, explicaron en un documento que firmaron las más de 60 organizaciones.
Recordaron que miles de exiliados han salido de Nicaragua desde 2018 y muchos más continúan arriesgándose a sobrevivir ante la represión política, inseguridad y crisis económica que cada día se agrava más.
“Denunciamos que este éxodo constituye una política perversa promovida conscientemente por el régimen, para aniquilar el tejido social de resistencia y asegurar la llegada de miles de dólares en remesas familiares, que fortalecen económicamente a su régimen represivo. Provocando cientos de periodistas en el exilio político, clausura y confiscaciones de importantes medios de comunicación, cancelación de personerías jurídicas de ONG, universidades y eliminando el derecho de asociación y de libertad de expresión al pueblo de Nicaragua”, agrega el documento.
Con alegría aseguraron que están en el momento justo de lograr acciones para salir de una vez por todas de lo que consideran una criminal dictadura, en donde las mujeres, los hombres, población LGTBIQ+, la juventud, los estudiantes, los periodistas independientes, ambientalistas, defensores y defensoras de derechos humanos, el campesinado, entre otros, deben continuar levantando y multiplicando las voces contrarias al régimen.
“En estos cuatro años de intensa labor nos queda claro que la comunidad internacional puede y debe seguir contribuyendo al regreso de la democracia en Nicaragua, pero que somos los nicaragüenses quienes debemos marcar la pauta para salir de este régimen.
“La caída de la dictadura solamente será posible mediante un trabajo de verdadera unión y bien organizado entre la comunidad internacional y la oposición unificada de Nicaragua.
“Las organizaciones que firmamos este documento, hoy nos comprometemos, en esta nueva etapa de resistencia y de lucha, enfocados en un diálogo franco al fortalecimiento de la confianza, el encuentro y rearticulación de nuestras fuerzas en unidad, como la mejor ruta para desafiar el terrorismo de Estado, el miedo y avanzar hacia la derrota de la dictadura como camino para alcanzar la paz con justicia”, aseguran.
Concluyeron haciendo un llamado a los empleados públicos, civiles y militares nicaragüenses, a abandonar al régimen, para ahorrarle al pueblo de Nicaragua más lágrimas y sufrimiento y recuperar su dignidad ante sus hijos, familias, amistades y la sociedad.