Doña Aurelia Cordero fue este miércoles al Museo Nacional, el viejo cuartel Bellavista. Llegó puntual, bien catrineada con su uniforme de excombatiente y muy feliz.
La visita fue para celebrar el Día Nacional de la Abolición del Ejército, hecho llevado a cabo el 1 de enero de 1948, cuando era presidente José Figueres Ferrer.
Doña Aurelia mostraba orgullosa una medalla que se ganó por su valor.
Ella es excombatiente de la guerra de 1948 y fue invitada por el Gobierno a los actos oficiales en San José. Este 2021 fue especial porque se trató de la primera vez que el país conmemoró el no tener fuerzas armadas en un día feriado (que se tomó el 29 de noviembre).
Doña Aurelia estaba muy contenta en la celebración.
“Que nunca más haya armas en mi amada Costa Rica. ¡Viva la paz!””, exclamó con orgullo la excombatiente, que siempre disfruta esta fecha en la cual se recuerda que el país vivió una época entre armas y conflictos a balazos.
“Entiendo muy bien la felicidad que se siente no tener ejército, vivir en plena libertad sin disparos”, comentó.
Nos contó que en 1948, ella sirvió llevando de aquí para allá las cosas que iban necesitando los soldados que luchaban al lado de José Figueres Ferrer contra los calderonistas (de Rafael Ángel Calderón Guardia).
Doña Aurelia ha sido siempre verde, es decir, del Partido Liberación Nacional.
“Mi trabajo fue en la Zona de los Santos, entre San Cristóbal y La Lucha, me tocaba bajar y subir con cositas para los soldados, además ayudaba en todo lo que podía porque durante el tiempo de la batalla siempre había mucho que hacer.
“En esa época yo tenía veinte años (ahora tiene 93, nació el 24 de agosto de 1928 en San Pablo de Tarrazú) y una gran energía”, nos comentó doña Aurelia antitos de que iniciara, a las 8:30 a.m., el acto oficial en el museo.
La bronca
El 8 de febrero de 1948 hubo en Costa Rica elecciones presidenciales, se enfrentaron Rafael Ángel Calderón Guardia y Otilio Ulate Blanco.
Las elecciones las ganó Ulate, pero Calderón dijo que hubo fraude y desconoció al triunfador.
Esa bronca electoral, y otras que se habían ido juntando desde 1940 y antes, fueron la chispa que hizo explotar la guerra civil. Los primeros disparons retumbaron el 12 de marzo de aquel año en las montañas de Tarrazú.
La guerra del 48 la ganó el ejército que jefeaba José Figueres Ferrer y en el cual estaba doña Aurelia.
“A pesar de que tuve que ir y venir distancias muy largas en la Zona de los Santos, gracias a Dios siempre me fue bien, no tuve ni un susto porque no me salió en el camino ni un sapo (comentó riendo).
Lo que sí había era mucho barro...
“Casi siempre caminaba con los zapatos en la mano y cuando llegaba a un río me lavaba los pies y me volvía a poner los zapatos. Lo que más me asustó fue pasar por el frente de los cementerios porque de chiquilla siempre les tuve mucho miedo, pero la guerra me enseñó que se les debe tener miedo a los vivos, no a los muertos”, recordó la excombatiente, quien tiene 7 hijos, 20 nietos y 18 bisnietos.
Recordó que conoció a don Pepe, quien más de una vez pasó a la casa del abuelo de ella, don Alonso Cordero, y ambos se echaban un buen traguito de contrabando para calentar la garganta y alegrar el espíritu.
Denuncia mundial
Este miércoles, durante la conmemoración del Día Nacional de la Abolición del Ejército, el presidente Alvarado dijo: “Costa Rica tiene la autoridad moral de decirle al mundo verdades que son incómodas pero ciertas.
“Verdades como que, en los dos últimos años, el gasto militar en el mundo ha aumentado, según el Instituto de Estudios de la Paz de Estocolmo. (…) Y la inversión nuclear ha aumentado”.
En el evento hubo excombatientes, ministros, diputados, estaba el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Fernando Cruz; la presidenta de la Asamblea Legislativa, Silvia Hernández, y representantes de las embajadas acreditadas en el país.