La lengua bribrí cruzará el espacio gracias a un brumoso llamado Luis Felipe Guillén Solano.
Este costarricense ganó el concurso tico que buscaba ponerle un nombre a una estrella y a un exoplaneta.
Su propuestas fueron Diwö y Ditsö, y a la Unión Astronómica Internacional (IAU por sus siglas en inglés) le encantaron.
No fue fácil, entre personas físicas, empresas, oficinas de Gobierno y centros educativos, se recibieron quinientas propuestas de nombre, según explicó Érick Sánchez, técnico del planetario de la Universidad de Costa Rica (UCR), entidad que, junto a la propia UCR, el Centro de Investigaciones Espaciales, la Universidad Nacional y el Tecnológico de Costa Rica, conformaron el comité que se encargó del tema.
Después de recibidas las 500 propuestas el comité se puso a bretear y dejó una primera selección final de 25 propuestas. La lista definitiva se le envió a la IAU con un total de 9 nombres finalistas y fue esta organización internacional la que tomó la decisión final.
“Tuvimos la colaboración de expertos en lingüística indígena para confirmar que los nombres propuestos estaban bien escritos y eran verdaderos. Gustó mucho que como estamos en el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, hubiese propuestas en lenguas propias de nuestros indígenas”, según explicó Sánchez.
La Fundación para el Centro Nacional de la Ciencia y la Tecnología, Cientec, explicó que Diwö (la estrella) es una palabra bribrí que significa sol, pero es un sol mucho más grande que el que conocemos y vemos todos los días y este concepto es de un sol que jamás se apagará.
Por eso, a partir de ya se archiva el nombre de WASP-17 para la estrella, ahora es Diwö y así será renombrada por todos los habitantes del planeta Tierra. La estrella está ubicada en la constelación de Escorpión, a una distancia de más de mil años luz de la Tierra.
En el caso de Ditsö (el exoplaneta), es el nombre que el dios Sibö le dio a los primeros indígenas bribrís que habitaron nuestro país. El exoplaneta ya no se llamará más WASP-17b pues el mundo de la astronomía debe cambiarle el nombre.
Este concurso se dio como parte de las celebraciones de los 100 años de la IAU, de hecho, más de 70 países en el mundo tuvieron la oportunidad de renombrar estrellas y exoplanetas.
El comité en Tiquicia que tomó la decisión final de las nueve propuestas que se enviaron a la IAU se basó en criterios históricos, culturales y lingüísticos de los nombres propuestos, así como los criterios propios de la IAU, la decisión final es inapelable.