Gaby Aguilar es una especialista en cejas llena de bondad y solidaridad que desde el 2017 se ha encargado de que 78 mujeres que superaron la dura y dolorosa batalla contra el cáncer tengan un motivo más para darle la cara al mundo con una sonrisa de satisfacción.
Ella tiene un proyecto social denominado “Cejas por sonrisas” en el que les regala a las sobrevivientes de cáncer el micropigmentado de sus cejas (conocido como tatuaje) para que recuperen la autoestima que perdieron debido a los efectos causados por la quimioterapia en sus cuerpos.
Lamentablemente, la “quimio” hace que las pacientes pierdan el cabello, así como los vellos de las cejas y las pestañas, por lo que verse sin ellos de un pronto a otro es un golpe muy duro para la autoestima.
Aunque Gaby se concentra a ayudar con más fuerza en octubre, en conmemoración del mes contra el cáncer, ella actúa de inmediato cuanto descubre que una clienta o cualquier mujer que conoce es sobreviviente del cáncer, por lo que les regala el tratamiento, sin importar la fecha.
Eso sí, para evitar que alguna vivilla se quiera aprovechar de su buen corazón, ella les pide llevar el dictamen médico, para corroborar que cuenten con los seis meses de remisión y así aplicarles el tratamiento sin riesgo.
Además, en caso de que lamentablemente alguna ya estén desahuciada debido a la enfermedad, Gaby le pide permiso al médico, para ver si es posible realizarle el tratamiento.
Un caso como este es el de doña Dagner Aguirre, a quien los médicos le diagnosticaron un cáncer de mama con metástasis al pulmón derecho y de un tipo tan agresivo que la desahuciaron, pero ella aún se encuentra luchando contra la enfermedad y gracias a los tratamientos ha logrado reducir el cáncer considerablemente.
“Gaby ha sido una bendición para mí, porque yo tenía el pelo larguísimo y con la primera quimio que me aplicaron, de las 44 que me mandaron, yo perdí mi cabello, las cejas y las pestañas al tercer día, no sabe lo duro que fue verme así”, contó esta guerrera.
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Regalo Día de la Madre
Doña Dagner se dio cuenta del trabajo de Gaby gracias a su sobrina Carol Sánchez, quien la etiquetó en una publicación del salón para la celebración del Día de la Madre.
“Hace un año que me las esculpieron y ya me ha hecho tres retoques y todos gratis. La quimio le pone la cara a uno grasosa y uno no se puede ni maquillar, verme al espejo era mi temor diario”, recordó Aguirre.
Asegura que el gesto de la estilista le devolvió la esperanza por saber que todavía podía sentirse mujer, después de dos años de proceso.
“Las cejas son como la vida de su cara y ahora con mascarilla lo único que se ven son los ojos, así que imagínese sin cejas y sin pestañas. Aunque uno tenga cáncer, la vanidad siempre está ahí coladilla y más entre las jóvenes, por eso ver esas sonrisas al verse al espejo, es muy gratificante”, aseguró la agradecida sobreviviente.
Inspiración
Aguilar inició tres años antes de la pandemia con el proyecto y al principio lo hizo sola y pudo regalar diez trabajos. No obstante, en el 2018,se le sumaron algunas manos y atendió a 18 sobrevivientes; en el 2019 a 20 y en el 2021 pudo ayudar a 30, tan solo en los eventos de octubre, en los que además les regala maquillaje, manicure y peinado para que queden hechas unas reinas.
La mamá de Gaby es sobreviviente de cáncer de tiroides y la mamá de su mejor amiga ha tenido 12 tipos de cáncer y actualmente lucha contra cuatro, por lo que ambas han sido su inspiración para este proyecto.
Gaby Aguilar Brows & Beauty Academy es el salón en el que realiza tan noble labor y en el que, además, les da clases a otras personas a las que les pide que sigan su ejemplo para que no les cobren el procedimiento a la mujeres que han sobrevivido a un cáncer.
“Ese día no me puedo maquillar, porque desde que empiezo hasta que termino paso llorando de escuchar los testimonios”, contó Aguilar, quien comentó que recibe donaciones para ayudarse con la causa.
Agradecida
Otra beneficiada con el programa es Pamela Valverde, quien es sobreviviente de leucemia y actualmente lucha contra el lupus.
Pamela es maquillista y gracias al gremio conoció a Aguilar, quien al conocer su historia le dijo que le ayudaría y le cumplió.
“Fue un cambio totalmente drástico , más que por mi trabajo necesito tener unas cejas perfectamente diseñadas. Ella me enseñó cómo hacerlo porque después de la quimio el vello no nace igual. Tenía pelitos, pero no eran suficientes y luego fue una maravilla porque ya no tengo que maquillármelas. Fue desde hace dos años y siguen igual de pigmentadas”, contó Valverde.
Pamela asegura que el sentirse bien y bonitas es de gran ayuda para la autoestima de las mujeres.