Posiblemente, el zaguatico más viejo de todo el país vive en Santa Ana. Le han puesto tres nombres, tiene 27 años de edad y está muy bien de salud, por lo que le queda cuerda para rato.
Actualmente, responde al nombre de Nono, pero entre el 2012 y el 2018 se llamó Abuelo; antes del 2012 le decían Canelo. Siempre ha sido un puro amor y un ejemplo de un peludito bien portado y agradecido.
Nono nació el 7 de noviembre 1996. Si utilizamos una de las fórmulas más populares para saber cuántos años humanos tiene un perro, nos sorprenderemos al saber que este peludito, si fuese humano, tendría 109 años de edad.
Es una muy larga vida para un zaguatico, por eso, la historia de vida de Nono también es bastante larga y llena de alegría, fallecimiento, adopción y mucho amor.
Se la vamos a contar para celebrar el Día del Perro, que justo es hoy.
Tuvo una dueña casi desde que nació, pero en el 2012 ella falleció y a partir de ahí fue recogido por Territorio de Zaguates y pasó en ese refugio varios años sin hacer pleitos, comer a sus horas y ayudando a sus hermanos perrunos del sitio.
Doña Lya Battle, de Territorio de Zaguates, nos contó que Nono es el perro de más edad que tuvieron, le decían y llegó a este albergue de peluditos en el 2012, cuando la llamaron para advertirle que un perrito se había quedado sin hogar porque la dueña había fallecido.
Al ir por el rescate del perrito les dieron algunas cositas que eran de él, entre las que venía la tarjeta de vacunas que estaba totalmente al día con una puntualidad religiosa, lo cual demostraba que era un perrito querido. Además, venían dos datos fundamentales: se llamaba Canelo y había nacido el 7 de noviembre de 1996.
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“Cuando lo llevamos a Territorio de Zaguates nos topamos con un problema, ya teníamos un perro llamado Canelo, por eso tomamos la decisión de decirle Abuelo, ya que en ese momento tenía 16 años siendo el de mayor edad que teníamos. También decidimos no ponerlo en adopción por la edad que ya tenía, lo que significaba que estaba cerca de morir. En Territorio, Abuelo pasó 6 años, del 2012 al 2018″, nos explicó doña Lya.
Si usted quiere ayudar a Territorio de Zaguates, puede contactarlos al: 8815-2514.
¿Por qué les traemos la historia de este abuelito peludo? Es que justo este domingo 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro, el cual se creó para homenajear al mejor amigo del hombre, y hacernos entender que en el mundo hay miles de perritos abandonados y sin hogar a la espera de una familia que los adopte y les dé mucho amor, sin importar la edad que tenga el peludito para la adopción.
Fiesta cambió todo
¿Qué pasó en el 2018 en la vida de Abuelo? El 7 de noviembre del 2018 en Territorio de Zaguates organizaron una fiesta de cumpleaños para el abuelito de todos los zaguaticos en el lugar. Como cumplía 22 años era importante celebrarle por lo viejito que ya estaba.
Doña Lya “invitó” a todos los perritos de Territorios a la fiesta y todos llegaron puntuales y bien catrineados. Abuelo tuvo su sombrerito, queque y hasta apagó candelitas. La foto donde el perrito está mordiendo su queque fue subida a redes sociales con una pequeña explicación de su edad y lo lindo que es.
Aunque ustedes no lo crean, una familia de Santa Ana vio la publicación del cumpleaños de Abuelo y llamó a Territorio de Zaguates para decir que ellos querían adoptar al peludito cumpleañero. “¿Usted me está hablando en serio? ¿Quiere adoptar a Abuelo, ese perro tan viejito?” Preguntó con tremendas dudas doña Lya.
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“Sí señora, nos encantó la historia y lo queremos. Tenemos otros perros y si se logra llevar bien con ellos, será muy bien recibido en casa”, respondió doña Gabriela Acuña al otro lado del teléfono, en compañía de su esposo, don Arnoldo Valverde.
Adopción de oro
No fue paja, tres días después del cumpleaños 22, Abuelo fue llevado a la casa de doña Gabriela y don Arnoldo. Existía la tremenda duda de si tendrían que llevárselo de vuelta por si no era bien recibido por los otros perritos que ya vivían en ese hogar.
“Le voy a contar que nosotros le pusimos Nono desde que llegó ¿y cómo llegó? Ese primer día entró como si hubiese vivido toda la vida en la casa, supertranquilo, los otros perros ni se metieron con él; de hecho, hasta le mostraron como respeto, creo que por la edad.
“Ni un solo problema o pleito. Caminó por toda la casa, se llevó bien con todos, aprovechó que había una camita esperándolo y se acostó ahí… ¡y hasta la fecha! Ya han pasado 5 años”, recuerda doña Gabriela.
Es muy lógico que Nono para este 2024 ya camina lento, pero está puras tejas de salud. Por la edad se ha quedado sin dientes, pero nada más. Él sale a caminar, duerme bien, sale al jardín a hacer sus necesidades; en fin, no tienen ninguna enfermedad que lo esté desgastando.
“Al principio de su llegada fue muy protector, le ladraba a todo el mundo, pero ya le pasó esa época. Sí, ya se nos está quedando algo sordito, pero todavía escucha. Siento que los otros perros más jóvenes lo han mantenido muy activo.
“Por más 27 años que tiene, él se cree el jefe de la manada porque mantiene a raya a los otros perritos que tenemos. Es bien respetado”, nos comenta con mucha alegría doña Gabriela.
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Puro amor
¿Qué significa adoptar un perro tan abuelito?
“Es una maravilla. Nono es demasiado cariñoso, siempre lo fue, también es cariñoso con la gente, siempre busca que le den cariño. El venía de un estado de refugio que, aunque los cuidan muy bien, no es lo mismo que una casa. Al llegar sí se rejuveneció mucho, ganó peso, el pelo se le puso más brillante. Se le pusieron los ojos bien brillantes y alegres”, nos responde la mamá humana del zaguatico.
¿Esperaba que durara 5 años más?
“No. Cuando lo adoptamos dijimos, ok, el objetivo es darle ese último año de vida bien alegre, en un hogar, que muera dentro del calor y amor de una familia. Ya hemos enterrado otros perros que teníamos más jóvenes y él sigue con nosotros… ¡Hay Nono para rato!”, dice.
¿Un perro viejito es apagado?
“Nono nos ha dado demasiadas alegrías; sobre todo, nos acompaña mucho, es un perro bueno. Eso de que son apagados los perros viejitos es mentira. Tienen mucho amor que dar.
“El perro viejito se vuelve muy sabio y muy agradecido. Son perritos que no pelean, siempre transmiten paz, tranquilidad, son emocionalmente estables, no hacen alborotos.
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“Siguen siendo cariñoso y, repito, muy sabio; entiende perfectamente cuando acompañarnos, cuando corregir a los otros perros. Lo amamos demasiado, fue una muy buena decisión adoptarlo a los 22 años”, responde con firmeza la vecina de Santa Ana.