Costa Rica está pasando por un difícil momento en el que las fuertes lluvias e inundaciones han sumido al país en una crisis que ha dejado a cientos desprotegidos.
Curiosamente, esta misma semana, en que se declaró el estado de emergencia por las lluvias, también se celebra, este domingo 17 de noviembre, el día de San Gregorio Taumaturgo, el protector contra inundaciones.
San Gregorio Taumaturgo, quien en realidad se llamaba Teodoro, nació en Neocesarea, en el Ponto (actualmente Turquía), por allá del año 213. Y si bien creció en una familia de nobles paganos, desde pequeño se convirtió al cristianismo.
Desde niño siempre fue muy chispa, lo que lo llevó a seguir su sueño de estudiar leyes. Lo que jamás esperó fue que tras un viaje a Cesarea de Palestina, iba a conocer a Orígenes de Alejandría, un importante teólogo.
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Bajo el ala protectora de Orígenes, quien siempre le inculcó la idea de que en todas las cosas lo importante es conocer la primera causa, comenzó a estudiar filosofía y teología.
Para el año 238 regresó a su tierra natal donde, supuestamente, solo había 17 cristianos y tras ser ordenado obispo, se dedicó a evangelizar su diócesis, convirtiendo a muchos paganos al cristianismo.
Se dice que su devoción fue tanta, que Dios le dio el extraordinario don de los milagros; entre ellos, supuestamente, podía resucitar a los muertos, curar enfermos y expulsar demonios.
Incluso, dicen que una vez secó un lago para detener un pelito entre hermanos.
Protector de inundaciones
Su popularidad fue tanta que se convirtió en uno de los santos más venerados de la época y se ganó el sobrenombre “Taumaturgo”, que significa “hacedor de milagros” en griego.
Ahora, ¿por qué se le reza en momentos de crisis e inundaciones?
Bueno, si bien no hay registros históricos sobre sus milagros, la creencia popular y las tradiciones decían que tenía el poder de alterar la naturaleza misma, al punto de que podía detener fenómenos naturales extremos.
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Quizás el que más llamaba la atención era su supuesta capacidad de detener inundaciones que amenazaban con destruir los cultivos y las casas de su ciudad.
Además, en tiempos de crisis, su devoción y fe cristiana lo convertían en un símbolo de esperanza.
Hoy en día sigue siendo una de las figuras más importantes de la iglesia y es venerado, especialmente, en las regiones que son más propensas a inundaciones, donde se le busca para proteger a los desamparados y detener las lluvias.
Su oración
“Oh, San Gregorio Taumaturgo, siervo fiel de Dios y protector de los necesitados, en este momento de angustia nos volvemos hacia ti en busca de tu intercesión poderosa.
Tú, que has demostrado tu habilidad para obrar milagros en tiempos de peligro, te suplicamos que escuches nuestra súplica en esta hora de necesidad.
Enfrentamos las fuerzas impredecibles de la naturaleza, temblores que sacuden la tierra, vientos que azotan con furia y aguas que se desbordan sin control.
Te rogamos, por tu compasión y tu amor por la humanidad, que intervengas en nuestra defensa.
San Gregorio Taumaturgo, extiende tu manto de protección sobre nosotros. Alivia nuestros temores y bríndanos seguridad en medio de la adversidad.
Ruega por nosotros ante el trono de la gracia divina, para que podamos encontrar fortaleza en nuestros corazones y calma en nuestra mente.
Que tu poderosa intercesión disipe las tormentas y aleje los peligros que nos amenazan.
Guíanos hacia la unidad y la solidaridad en este tiempo de crisis. Inspirados por tu ejemplo de fe y amor, enfrentamos estos desafíos con esperanza y confianza.
Oh, San Gregorio Taumaturgo, escucha nuestras oraciones y acoge nuestras súplicas. Concédenos la gracia de superar los desafíos de la naturaleza y recordarnos que, en medio de la tempestad, siempre hay un refugio en la fe.
Amén”.