La esposa del médico que se contagió de covid-19 tres semanas después de haber recibido la segunda dosis contra el virus, no deja de orar para que Dios sane a su esposo y lo saque de la unidad de cuidados intensivos del hospital México.

Ella le contó a La Teja los difíciles momentos que vive su familia, pero solicitó que su nombre ni el de su esposo sean publicados.

La señora está llena de esperanza y positivismo, a pesar del difícil momento, por lo que todos los días llama al centro médico para tener noticias de su amado. El lunes en la tarde le informaron que su marido está recibiendo mejor el oxígeno que le dan artificialmente y este martes le informaron que su respuesta al tratamiento es muy buena y que tiene la presión estable, lo que la alegró bastante.

A ella la declararon positiva por nexo, pero dice que se siente bien de salud, por lo que pasa enfocada en estar al pendiente de su ser querido.

“Yo lo amo y estoy con él, Dios no se equivoca y sé que está poniendo su mano protectora sobre mi esposo. Él es un guerrero que ha trabajado siempre muy duro y ahora en la pandemia todavía más. Mi hijo y mi nieto también lo aman mucho y todos esperamos que vuelva aquí con nosotros.

“Siempre ha sido un gran médico, muy entregado. Cuando empezó a trabajar se vino para Limón, a veces lo llamaban para que hiciera vacaciones e incapacidades, como todo inicio fue duro, pero desde hace ya muchos años está fijo en un Ebais”.

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La buena fama que se ha ganado el médico ha provocado que en muchos chats circulen mensajes pidiendo oraciones por su salud y hablando cosas lindas sobre su trato y forma de atender a los pacientes.

“Mi teléfono no ha parado de sonar, mi esposo se ha ganado el cariño de la gente con su trabajo y ahora todos los que lo conocen están pendientes de él y deseando que se recupere.

“La entrega que siempre ha tenido demuestra el amor que siente por su profesión. Él nunca deja de trabajar, cuando llega a la casa los pacientes lo siguen llamando y le mandan mensajes con consultas sobre dolores y cosas así y él los atiende. A veces le digo que tiene que descansar, pero me responde que para eso fue que estudió, para ayudar a los demás”, relató la orgullosa esposa.

Mucho cansancio

Ella contó que hace unos días el médico le empezó a decir que se sentía agotado, pasaba los días con mucho cansancio y decaído, después empezó con síntomas como de un resfrío, sentía el pecho apretado y le empezó a faltar el aire.

“El sábado pasado (10 de abril) se nos puso mal, le costaba respirar y en ese momento él sospechó que tenía covid-19. Lo llevamos al hospital Tony Facio y le hicieron una prueba, horas después nos dijeron que era positivo.

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“El domingo 11 de abril lo pasaron al hospital México y su condición seguía empeorando, así que tuvieron que intubarlo.

“Él es médico, así que entendía perfectamente lo que estaba viviendo y dio la autorización para que lo intubaran. Antes de eso estuvimos hablando por mensajes y se mostraba muy positivo, tal vez sintió temor, pero no me lo demostró para que no me preocupara.

“Ahora lo tienen sedado, yo espero que reaccione bien a los medicamentos, hay muchas personas orando por él y sé que eso ayuda porque los médicos llegan hasta el límite que tienen, después de eso el que actúa es Dios”, expresó.

Sin miedo

Ella contó que durante todo este tiempo que llevamos con la pandemia nunca escuchó a su esposo decir que tenía miedo o que no quería ir a trabajar por temor a contagiarse, al contrario, siempre le decía que tenía que ir a trabajar porque lo necesitaban.

Cuando llegaron las vacunas todos en la familia sintieron un gran alivio porque creyeron que el medicamento protegería al funcionario en caso de que llegara a contagiarse, pero ahora se sienten confundidos.

“Se supone que con la vacuna iba a estar bien, pero no fue así. Las personas que trabajan en los hospitales son guerreros de Dios, son héroes y necesitan estar protegidos porque en cualquier momento pueden atender a un paciente con coronavirus”, dijo.