El escultor naranjeño Germán Esquivel Fonseca hizo, hace cuatro años, la única escultura que hay en el país con el rostro real y la altura casi exacta del benemérito de la patria, Juan Rafael Mora Porras, quien nació en 1814 y murió fusilado en 1860.
Después de no conocer casi nada del que fue presidente de Costa Rica en tres ocasiones, el artista se dedicó a profundizar sobre la vida y obra de don Juan Rafael, como era llamado en aquella época por el respeto que todo el mundo le tenía.
Esta escultura, única en el país, está en la Municipalidad de Sarapiquí. Ese edificio, según nos explica don León Santana Méndez, gestor de cultura de la muni sarapiqueña, se llama Palacio Municipal Juan Rafael Mora Porras, héroe nacional y gran libertador.
“La municipalidad viene consolidando un rico patrimonio histórico. Sarapiquí es parte de la ruta de los héroes, que fue la ruta que siguió el ejército tico en las batallas dadas entre 1856 y 1857.
“Se declaró el 10 de abril como el Día de la Sarapiqueñidad. El 10 de abril de 1856 fue la batalla de Sardinal y el 22 de diciembre de ese mismo año fue la de La Trinidad; ambas batallas forman parte de la Campaña Nacional, por eso la importancia para nosotros de Juan Rafael Mora Porras”, aclaró el historiador.
Sabía casi nada
Estaba el escultor en la casa de un amigo, el abogado Carlos Alberto Ramírez, y le preguntó, de quién es esa escultura, era pequeñita, a lo que don Carlos le respondió que de don Juan Rafael Mora Porras, pero Germán no lo reconoció.
Fue así como comenzó a estudiar al benemérito por más de cinco años y duró año y medio haciendo la escultura.
“Como todos saben, es difícil encontrar suficientes rastros de don Juan Rafael porque el expresidente José María Montealegre, después del fusilamiento, mandó a eliminar todo lo que tenga que ver con Mora: fotos, actas, registros, todo. Yo me fundamenté en el rostro de Nueva York”, aclara el escultor.
Don Germán, al decir el rostro de Nueva York, se refiere a la copia del retrato de Juan Rafael Mora que le entregó a Costa Rica, en el 2015, la Universidad de Cornell, Estados Unidos.
Bien detallada
La escultura mide, sin la base, 1,64 metros de altura, se modeló en arcilla y se imprimió con resinas especiales y diferentes tipos de fibras. Se pintó con óleos y lacas acrílicas especiales.
Para diferenciar perfectamente su escultura, eso como un gusto personal, el artista le puso la banda presidencial con el escudo de armas que estuvo vigente en el país entre 1848 y 1906. Es un gusto personal porque en la época de don Juanito Mora no se usaba banda presidencial.
El papa Pío IX le otorgó a Juanito la condecoración circular, que es como una medalla, por eso el escultor le hizo una réplica que le puso en la solapa del traje.
“Ese traje que tiene, después de investigar mucho, es uno de los que está comprobado usaban los hombres importantes de la época. No es un traje cualquiera, es uno de personas con nivel, con rango.
“Lo mismo sucedió con, incluso, los botones de la camisa, para aquellos años no existían los botones de plástico, eran de madera pintada o de marfil. Preferí hacer la réplica de los botones de marfil”, explica.
Hacer una escultura de una persona de la que casi no se tienen y no hay fotos de cuerpo entero, fue el gran reto del naranjeño.
“Si usted se fija en las manos de la obra, son manos de hombre trabajador, de campo, arrugadas, tostadas. Juan Rafael Mora no era flaquito y blanquito, era moreno y gruesito, era ágil, habilidoso, eso se confirma porque montaba a caballo, andaba bajo el sol.
“No fue como otros jefes de ejército que mandaba a sus hombres a la batalla y se quedaba en una oficina. No. Él iba delante de sus hombres y luchaba junto a ellos, caminaba siempre con sus muchachos”, aclaró.
Sirvió de mucho que don Germán se especializó en rostro humano a la hora de afinar la mirada del benemérito.
“Es el rostro más difícil que me ha tocado hacer. Los textos hablan de una mirada penetrante y en eso tuve mucho trabajo, pero creo que lo logré.
“Otro detalle es el bastón, es una réplica exacta del original que usó don Juan Rafael. Tuve acceso a fotos de todos los ángulos de ese bastón que tenía una agarradera de marfil. Los zapatos son los que se usaban en la época, en fin, es un traje estilo victoriano, así vestían los líderes del país en esos años”, explicó.