Las maestras, el personal administrativo y los padres de familia de Cipreses de Oreamuno pusieron manos a la obra el viernes 31 de agosto para dejar la escuela de la localidad llena de patriotismo y de recuerdos del ayer.
La iniciativa se dio con el inicio del mes de la patria, por eso el blanco, azul y rojo de nuestra bandera inundaron cada uno de los rincones de la institución que recibe a 325 estudiantes de la comunidad.
“Desde que llegué a la escuela como directora, el año pasado, me he esmerado por dejar muy bonita la institución. En el 2017 hicimos la inversión más fuerte con la compra de todas las telas, por lo que este año fue mucho menos. Preferí decorar así para que durara más y se viera bonito porque aquí es muy frío y si ponía decoración de papel, se iba a deteriorar”, explicó Ninoska Moncada, directora de la escuela.
Una hermosa carreta típica, la cocina de leña y las lecheras con las que adornaron la entrada y una de las aulas, las prestó don Olman Soto, uno de los padres de familia de la escuelita.
“Hay que celebrar la independencia como se debe, porque tenemos el privilegio de ser un país libre”, agregó la educadora.
Además, Moncada agradeció a las maestras, quienes se han apuntado a su “chochera” y demuestran su compromiso con el patriotismo aceptando sus propuestas, como usar todas un pañuelo tricolor.
Pulpe ha sido un pegue
Entre las novedades que pusieron para celebrar este mes de la patria está la pulpería “La pulga renca”, que solo se abrirá durante setiembre, pero que tiene a los chiquillos como locos, ya que en la institución no tienen soda, por lo que los pequeños han hecho fiesta en los recreos dándose cuatro gustos.
En ese lugar es donde se aprecia mejor la decoración de antaño en su máximo esplendor, ya que recordaron la costumbre de algunos hogares de decorar sus paredes con hojas de periódico como si se tratara de papel tapiz. Según el historiador José Gerardo Suárez esta práctica era muy común en los años 60 y aún en los 70.
“Empezamos con las mesas que las forramos en periódico y les pusimos la canasta y otros adornos encima, pero sentimos que nos falta algo más y fue cuando agarramos los periódicos y tapizamos la pared”, explicó la orientadora Su Helen Durán.
Y como son bien fiebres de La Teja, las páginas de nuestro periódico predominaron en la decoración. Las pulperías cercanas les regalaron algunos afiches con los que le dieron el toque real del pequeño comercio.
Rincones de antaño
Otras como “la niña” (maestra) Ana Méndez decoró las orillas de su escritorio y el archivero, así como las paredes y un rincón de su aula.
“Cada aula tiene un rinconcito patrio que estuvo a cargo de las maestras, pero en la mayoría se optó por recordar los hogares de antaño, por lo que predominan las planchas de hierro, las jarras y los platos de lata, los yugos de madera y las recreaciones de las cocinas y figuras campesinas, entre otros motivos”, explicó la directora.
Los responsables de encaramarse para poner la decoración en los cielorasos fueron los conserjes Raúl Montenegro, Víctor Jiménez y Marcos Ortiz.
La escuela está celebrando sus cien años en este 2018 y sin duda esta es la mejor forma de engalanarla.