Ni la sombra del presidente ejecutivo de la Caja, Román Macaya, se vio en la conferencia de prensa de este martes 4 de agosto, en la que se detalló el avance de la pandemia.
Toda la prensa y diferentes sectores del país estaban esperando la presencia de Macaya para ver qué tenía que decía sobre un chicharrón que destapó el periódico La Nación, sobre dos compras de mascarillas a empresas que no tienen ninguna experiencia en el sector salud.
Al inicio de la conferencia de prensa en Casa Presidencial, el vocero aseguró que, según la agenda semanal, a Macaya no le tocaba estar presente este martes 4 de agosto ante los medios.
Lo raro es, y podemos dar fe de eso, que la agenda para la conferencia se brinda diariamente. Jamás, desde el 6 de marzo pasado que se registró el primer caso positivo de Covid-19, se ha entregado, por ejemplo, la agenda semanal un domingo.
A eso de las tres de la tarde, y por Facebook, ya no con todo el país observándolo, apareció don Román en una improvisada y atropellada “conferencia”, acompañado del ingeniero Luis Fernando Porras, gerente de Logística de la Caja.
Macaya dijo que él mismo va a asegurarse que todo el tema de estas dos contrataciones de mascarillas sean transparentes y se den a conocer. Explicó que ya hay más de 100 personas, integrantes del departamento de auditoría, realizando una revisión profunda de todas las compras que se han hecho desde que inició la pandemia para identificar si hubo algún chorizo.
El chicharrón
El periodista Diego Bosque, de La Nación, destapó que la Caja hizo una compra urgente de 12 millones de mascarillas quirúrgicas a un contador y a una empresa de comunicación política a cargo de una periodista.
De acuerdo al expediente 2020CD-000093, a quienes se les adjudicó la millonaria compra por 4 millones de dólares (2.300 millones de colones aproximadamente) son David Landergren Castro, contador público tico de 32 años, y a MR Comunicaciones Políticas, empresa periodística de la periodista Miren Martínez Ruiz, que se dedica a dar asesorías de relaciones públicas y mercadeo.
Ninguno de los dos tenía experiencia en ese campo y, además, MR Comunicaciones, mientras luchaba por ganar la adjudicación, estaba morosa con la Caja.
Y para terminarla de hacer, las dos empresas contratadas han incumplido con los plazos de entrega de las mascarillas.
Enojo total
Carlos Ricardo Benavides, diputado del Partido Liberación Nacional, está como agua pa’ chocolate con este chicarrón.
“Una vergüenza que la CCSS haya comprado a una agencia de comunicación política y a un contador (inexpertos ambos) un total de 12 millones de mascarillas, que no llegaron a tiempo. Juegan con la salud del personal médico y con los escasos recursos públicos. Exigiremos responsables”, comentó Benavides en redes sociales.
Inmediatamente el diputado, por lo chiva que está, envió un documento a la Asamblea Legislativa para que llamen a declarar a la Asamblea a todos los involucrados.
Diferentes sectores de la salud y otros diputados también mostraron su enojo ante la situación destapada.