Lo que comenzó como un vacilón para don Carlos Alberto Solano, geógrafo, docente e investigador jubilado de la UNED durante una clase de maestría en Geografía de la Universidad de Costa Rica, ha despertado un interés por descubrir si podemos rajar con que en Ochomogo se encuentra el puritico ombligo de América.
El profesor de Estudios Sociales basa su hipótesis en un hecho que vio hace muchísimos años frente al plantel de Recope, en el Alto de Ochomogo, en Cartago.
“Frente a lo que hoy es Recope, hace muchos años existió una placa metálica pegada a una especie de muro que decía ‘División continental de aguas’, pero ya no está ahí, desapareció, he tratado de encontrarla, pero ha sido imposible”, explicó Solano.
Por sus conocimientos geográficos sabe que eso generalmente ocurre cuando se habla del centro de un lugar, en este caso América, algo no muy alejado de la verdad si miramos un mapa de nuestro continente que evidencia nuestra privilegiada ubicación.
“Eso es eminentemente cartográfico. No conozco las coordenadas exactas de Ochomogo. No tengo los instrumentos necesarios para medirlo, pero viendo un buen planisferio se puede deducir empíricamente que América Central y nuestro país son el centro del continente. Definir el punto exacto es difícil y arriesgado técnicamente, aunque con el instrumental adecuado es posible”, agregó el geógrafo brumoso.
Don Carlos está convencido que si encuentra la famosa placa, se aclararía mucho el misterio, por eso ha ido al Instituto Geográfico Nacional, ha hablado con trabajadores pensionados de Recope y hasta del Incofer, porque ahí se ubicaba antes un cambio de la línea y bodega de durmientes donde él acostumbraba jugar de niño y algunos le aseguran que la recuerdan, pero desconocen qué se hizo.
Solano compartió su inquietud en un artículo del boletín de la UNED, lo que ha despertado la curiosidad en más personas.
El interés del profe va más allá de la mera curiosidad, él fue uno de los primeros pobladores de Ochomogo después del la tragedia del río Taras entre la noche y madrugada del 9 al 10 de diciembre de 1963.
El cielo se partió en dos, la formó anchos ríos desde la cima del volcán Irazú. El cauce del río Reventado tomó una increíble dimensión de más de 500 metros de ancho por el que bajaron rocas de varias toneladas y espesas avalanchas de lodo. Casas, fábricas, escuelas, cementerios, corrales y vías quedaron destruidos. Más de 15 muertos, varios desaparecidos, 50 heridos y 400 viviendas destrozadas.
Don Carlos llegó con tan solo con 7 años después de esta tragedia. El historiador cartaginés Franco Fernández también recuerda el rótulo y a los niños preguntándole a sus padres por el significado de este, pero para él, eso no quiere decir que sea el centro de América, solo que ahí se dividían las aguas hacia el Atlántico o al Pacífico.
Lugar histórico. De llegar a comprobar su teoría, este sería otro hecho relevante que sumar a la historia de Ochomogo que ya en 1823 acogió la Guerra de Ochomogo, considerada la primera guerra civil de Tiquicia, cuando se enfrentaron los imperialistas (Cartago y Heredia) y republicanos (San José y Alajuela), estos últimos ganaron y se trasladó la capital de Cartago a San José.
En 1835, se dio la Guerra de la Liga, segunda guerra civil, en la que Alajuela, Heredia y Cartago se enfrentaron a los josefinos para quitarle la capital; sin embargo, los de Chepe resultaron victoriosos. El enfrentamiento se dio en el Alto de Ochomogo.
Y finalmente, en 1948, allí se escribió el final de la guerra civil, ganada por el ejército de Liberación Nacional, liderado por José Figueres. Se firmó el denominado “Pacto de Ochomogo”.
Hoy, el Alto de Ochomogo es una comunidad muy poblada, formada por los damnificados del río Reventado.
“Antes de eso, solo vivían unas pocas familias aquí, entre ellas los Alvarado, los Calvo, los Quirós y los Obando”, recordó el investigador.
Ochomogo es una palabra que tiene su origen en la herencia indígena de los chorotegas, y la palabra viene de la lengua náhualt. Oxomogo significa “el primer hombre” compañero de Cipactonal, uno de los creadores del calendario azteca.