Los ojos de Tatiana Hidalgo Bustos, de 29 años, y de su mamita, Virginia Bustos, están más iluminados que de costumbre, gracias a la felicidad que les regaló la gente que se solidarizó con su caso.
Tatiana quedó en estado vegetativo después de un accidente de tránsito y debido a las secuelas necesitaba una cama ortopédica que le facilitara la vida.
Afortunadamente, en la edición del 10 de febrero pasado, en La Teja le contamos la dura historia de Tatiana y de los esfuerzos realizados por la Fundación RN de Pérez Zeledón para ayudarla, por lo que muchos de nuestros lectores se conmovieron y decidieron aportar su granito de arena.
Glenda Calderón, presidenta de la Fundación RN, nos contó que un señor la contactó para decirle que iba a donar la cama y así fue.
“Ese señor fue un ángel para nosotros porque el caso de Tatiana le tocó el corazón y él día que salió la nota desde temprano nos llamó, solo nos pidió encargarnos del transporte y así fue”, dijo Calderón muy emocionada.
Se trata de una cama ortopédica eléctrica cuyas funciones son motorizadas, por lo que permite ajustar la posición y su altura para proporcionar un mejor descanso y adaptabilidad a la ergonomía o condición del usuario. Por esta razón se utilizan sobre todo para personas con movilidad reducida.
Otros lectores también se apuntaron, por lo que Calderón pudo comprar 200 pañales, 15 tarros de la lechita especial que toma la joven mamá y un diario bien pochotón para que a Tati no le falte nada por un tiempito.
“Queremos darle las gracias a todas las personas que fueron parte de esto, porque ellas realmente lo necesitaban y nos sentimos muy felices porque ella va tener una mejor calidad de vida con la camita y estas cosas. Su mamá es una señora muy luchadora que está todos los días con ella y por eso para nosotros era muy importante ayudarles y darles un poco de tranquilidad, ya que ella había dejado su trabajo para cuidar a su hija”, dijo Calderón.
A Tatiana la camita le llegó el martes pasado hasta su casa en Guácimo, pero este sábado 19 de febrero la fundación hizo el viaje desde Pérez Zeledón hasta el Caribe para llevar lo que hacía falta por entregar y cumplir con la solidaridad de todos lo que se apuntaron.
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Don Otoniel Alfaro, un señor puras tejas, donó el transporte hasta Guácimo y la fundación le dio un reconocimiento simbólico para el costo del diésel pues el viaje era bastante largo.
Doña Virgina se mostró muy agradecida por la ayuda que su hija recibió porque a ella le cuesta alzarla y con la cama ahora la va poder mover un poco más y no va tener que pasar todo el tiempo en una misma posición, ya que ella antes más bien aprovechaba cuando tenía visitas para que la ayudaran a sentarla en la sala y que compartiera un poquito más con los demás.
“Estamos muy felices con esta ayuda y solo deseamos bendiciones para las personas que colaboraron, porque para nosotros es difícil hasta salir de aquí para ir a comprar algo, el bus entra solo dos veces por semana y yo no puedo salir por mi hija, la verdad es que todas estas cosas son muy valiosas para nosotros”, dijo la señora.
El accidente ocurrió el 11 de agosto del 2018, cuando Tatiana regresaba de la universidad, donde solo le faltaba un año para graduarse como enfermera pediátrica.
“Tati” viajaba en una moto que tenía, a la par venía una compañera en otra motocicleta, ambas habían salido de la “U” y frente al súper El Sol, en Guápiles de Limón, un conductor aparentemente borracho irrespeto un alto y se las llevó, Tatiana se llevó la peor parte y estuvo hospitalizada casi un año.
Doña Virginia nos contó que el caso no ha avanzado en la vía judicial, pues ya un perito analizó las lesiones de su hija y solo le dicen que la tienen que ver otra vez.
La joven madre de un hijo de 12 años sufrió lesiones que la dejaron en estado vegetativo y alimentándose por medio de una sonda.
“Mi hija es como un bebé depende de mí para todo, creo que un bebé se mueve más que ella”, dijo la mamá.
Con las cositas que la fundación les llevó ahora la sobreviviente se podrá alimentar cada dos horas como le han indicado los médicos a su mamá, ella pasó de pesar 80 kilos a 40 después del accidente.
“Hemos buscado ayuda con las instituciones del gobierno, pero nos dicen que no se puede porque con la pandemia ahorita no hay presupuesto, por eso damos tantas gracias por esta ayuda y apoyo que nos dieron”, dijo.
La Fundación RN nació por iniciativa de la familia de la niña Raschell Nahomy, quien partió a los brazos del señor en el año 2015 al perder la batalla contra la leucemia. Si usted desea ayudar a personas con situaciones difíciles como la de Tatiana, puede contactar a la fundación al número: 6230-7471.