El próximo 19 de noviembre se cumplen los dos años para que la salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA) sea oficial.
Desde la semana pasada ya los países de América comenzaron a despedirse con dolor de los nicaragüenses y en todo momento recordaron que las puertas quedan abiertas para que regrese cuando quiera.
El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva alberga la “esperanza de que Nicaragua podrá volver a la organización en un futuro”, dijo.
“Siempre, siempre debemos de tener abierta la posibilidad de promover un diálogo constructivo con las autoridades de ese país hermano”, agregó su colega chileno Sebastián Kraljevich.
Canadá también apuesta por mantener la puerta abierta para el diálogo y para un compromiso genuino con el gobierno nicaragüense, y la esperanza de algún día verlo regresar a esta familia”, de la que forma parte desde 1950, sostuvo su embajador ante la OEA, Stuart Savage.
Para Estados Unidos “la equivocada decisión” de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, “es un esfuerzo por huir y esconderse de sus continuos abusos de los derechos humanos, incluidas las condenas y malos tratos a presos políticos detenidos injustamente.
“Como el obispo (Rolando) Álvarez, ataques al periodismo independiente, a periodistas y el cierre de cientos de organizaciones de la sociedad civil”, aseguró el representante estadounidense Giovanni A. Snidle.
Un alejamiento que, según el embajador ecuatoriano ante el foro, Mauricio Montalvo Samaniego, “es producto no del interés del noble pueblo nicaragüense, sino del sórdido interés de un gobierno con una cuestionada legitimidad democrática”.
La OEA se despidió de Nicaragua recordándole que debe “respetar todos los derechos humanos”, porque es una de sus “obligaciones legales”.
¿Por qué el 19 de noviembre?
Ese día se habrán cumplido los dos años que deben pasar hasta que se hace efectiva la solicitud de salida presentada por un país de la OEA.
LEA MÁS: 54 ticos presos en Nicaragüa serán liberados
En 2021 el dictador Daniel Ortega decidió dar la espalda a la OEA en protesta por la negativa del organismo a reconocer las elecciones de ese año, en las que él salió reelegido con sus rivales en la cárcel o en el exilio.
Esas elecciones agravaron la crisis que ya atravesaba el país desde las protestas antigubernamentales de 2018, en las cuales hubo unos 300 muertos.
La OEA “lamenta profundamente” que Nicaragua se vaya, pero hace hincapié en que su retiro “no deja sin efecto las demás obligaciones legales por las cuales es responsable en virtud de su ratificación de otras convenciones interamericanas”, se lee en una resolución aprobada por unanimidad por el Consejo Permanente, órgano ejecutivo del organismo.
Nicaragua “sigue obligada a respetar todos los derechos humanos reflejados en las normas consuetudinarias (...) en las convenciones multilaterales” de las que forma parte y “los derivados de principios generales del derecho internacional”, insiste, y advierte a Ortega que “continuará prestando especial atención” a la situación en el país.
Violencia descarnada
“Decepción”, “tristeza” o “profunda desazón” fueron algunos de los términos utilizados por los países para describir el estado de ánimo en la OEA, que está dispuesta a acoger de nuevo en su seno a Nicaragua.
Uruguay lanzó un discurso en contra de “la violencia descarnada de la dictadura del señor Ortega”, en palabras del embajador uruguayo ante la OEA, Washington Abdala.
“No le queda nada por hacer, ha roto todas las líneas rojas, las ha quebrado absolutamente todas”, dijo Abdala, quien recordó que Ortega es “el que dejó morir a Hugo Torres”, un excompañero de armas y después crítico del mandatario que falleció en un hospital, tras pasar meses en la cárcel. Es “el que persigue a la Iglesia y “declara apátridas”, añadió.
“No señor Ortega, no se va a ir tan fácil de la defensa de los derechos humanos en el continente, no va a ser tan simple, no debe ser tan simple y, si fuera tan simple, hablaría muy mal de nosotros porque ¿para qué estamos nosotros acá? Para defender los principios, los valores, la democracia, los derechos humanos”, recordó Abdala.