En La Fortuna de San Carlos se encuentra el Bee World-Meliponario Álvaro Wille Trejos, un santuario en el cual se exhiben, protegen e investigan las especies de abejas sin aguijón propias de la zona tropical de nuestro país.
El santuario es especial para educar a los visitantes sobre la protección de esas abejas sin aguijón (en Tiquicia tenemos unas 700 especies) que habitan en Centroamérica y el Caribe.
Como este viernes 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, La Teja conversó con Romano Salazar Gigli, de Bee World-Meliponario Álvaro Wille Trejos, para saber más de ellas.
Romano comentó que ahí tienen a la abeja sin aguijón más pequeña del mundo (la llaman miniatura), la cual es un poco más pequeñita que los moscos de piña, así como la más grande del mundo, que se llama jicote congo.
“Llega el Día Mundial de las Abejas en tiempos de una gran alerta por su destrucción en todo el mundo y Costa Rica no se queda atrás. El cambio climático y los plaguicidas que se usan en los cultivos, las están matando por miles cada día.
“Hay un problema, la gente asocia las abejas con árboles, pero hay una gran variedad de abejas que, por ejemplo, anidan debajo de la tierra o dentro de la madera que tenga comején. Incluso no hacen nido en los hoteles que les ponemos. Esas son abejas muy vulnerables, por eso nuestro interés, todos los días, por educar a las personas, sobre todo a los niños”, explica don Romano.
Agrega el experto en abejas que no todos estos insectos voladores sobreviven con las flores, otros necesitan resinas, cerumen, entre otros elementos, para vivir.
Además, está el problema del profundo desconocimiento de la gente que confunde a las abejas, incluso las que no tienen aguijón, con las avispas que sí pican, eso provoca que por temor se destruyan muchos de los hogares que las sin aguijón construyen.
Diferencia ente las abejas y las avispas son evidentes: Las abejas tienen por lo general muchos pelos, algunas en sus patas y abdomen, mientras las avispas generalmente no tienen pelos largos, son más calvas.
Con respecto a su comportamiento, las abejas recogen polen de las flores para llevarlo a su nido. Las avispas no pues se alimentan de restos de animales. Por lo general un insecto que lleve una presa no es una abeja.
En Pérez Zeledón
En Pérez Zeledón se da uno de los proyectos más ambiciosos en “meliponicultura” (crianza silvestre de abejas sin aguijón) por parte del Instituto de Desarrollo Rural (Inder), y que apoya a la Asociación de Mujeres Meliponicultoras de Pérez Zeledón, con el fin de mejorar el manejo de las abejas y aumentar la producción de este producto, que cada vez es más demandado.
“Este es uno de los proyectos más importantes en su tipo en el país. Para mí ha sido un gran apoyo al emprendimiento que tengo. Yo soy madre de dos niños, me gusta la meliponicultura y me dedico a hacer productos con base en miel. Ahora voy a tener un local donde procesar mi miel, con todas las de la ley y es un gran apoyo. Estoy muy agradecida.” aseguró Ivannia Quesada, una de las beneficiadas de Villa Argentina de Platanares.
Este proyecto beneficia a productoras de comunidades como Pejibaye, Las Mesas, San Ramón Norte, San Antonio, Arco Iris, Las Esperanzas, Veracruz y Santo Domingo, entre otras.
En cada módulo se construye un cuarto para la extracción de miel sin dañar a las abejas y, al mismo tiempo, les servirá a las pulseadoras para hacer productos a base de miel de abeja. También, incluye la entrega de cajas que se usan como colmenas.
Para desarrollar la meliponicultura en Pérez Zeledón, el Inder invirtió más de ¢124,6 millones, para el beneficio de 15 familias que integran la asociación.
Es el único grupo de abejas nativo de América que son muy sociables, tienen colonias numerosas y perpetuas que se reproducen por medio de enjambres y que cuentan con diferenciación de castas como reina, obreras y zánganos.