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En la isla de las palabras José León Sánchez encontró su libertad

Esta es parte de la última entrevista que le hizo el espacio de la UCR “Esta palabra es mía” al escritor costarricense, el pasado mes de agosto

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“Aquel jovencito se sabía inocente. Su anhelo era salir de la isla-presidio donde lo habían recluido y recuperar su libertad. Sin embargo, hacerse a la mar a nado para llegar a la costa era muy riesgoso. La mayoría de reclusos que lo intentaron murieron en el camino, ya fuera por la buena puntería de los guardias o por las mandíbulas de los tiburones que acechan en el trayecto.

Así comienza la última entrevista que la Universidad de Costa Rica, en el espacio “Esta palabra es mía” le hizo a José León Sánchez. La entrevista la hicieron Fernando Montero Bolaños y Amanda Vargas Corrales. Puede leerla completa HACIENDO CLIC AQUÍ

“Pero José León Sánchez Alvarado, quien falleció el pasado 15 de noviembre a los 95 años, no se dio por vencido y encontró su libertad muchos años antes de salir de la cárcel (estuvo 20 años preso en la isla de San Lucas, entre 1950 y 1970), gracias al poder de la palabra. Por sus propios medios aprendió a leer y a escribir durante su permanencia en la isla.

Volvió a San Lucas en muchas ocasiones para recodarle al país y al mundo el dolor que ahí se vivió. (Albert Marín.)

“Esa fue la llave que abrió su celda y el cincel que rompió sus cadenas. A partir de ahí leyó cuanto libro, periódico o revista cayó en sus manos y no paró de poner en blanco y negro las historias que su mente ideó, la mayoría de ellas inspiradas en el dolor propio y ajeno, no para “sembrar la amargura sobre un recuerdo pasado, sino como una invitación para meditar en el futuro”.

“Así lo expresó él mismo en el prólogo de la primera edición clandestina de La isla de los hombres solos, libro que escribió mientras estuvo preso.

“En toda su vida escribió 29 libros. entre los que destaca Tenochtitlán: la última batalla de los aztecas, obra que lo hizo merecedor del doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a la que se refirió el laureado escritor Carlos Fuentes como “un libro que todo mexicano debe leer… antes de morir!”.

“La diferencia de esta obra con otros relatos sobre la conquista española de las tierras mexicanas es que Sánchez hace una profunda descripción de las personas, lugares y hechos desde la perspectiva de las comunidades vencidas.

En agosto del 2022 José León Sánchez Alvarado fue entrevistado por la Universidad de Costa Rica
En agosto le dio a la UCR una entrevista que fue la última para esa casa de enseñanza. Foto: Fernando Montero Bolaños. (Cortesía)

“Esto lo logró luego de un extenso y profundo trabajo de investigación y entrevistas en México, país en el que encontró gran acogida y donde no dejó de recibir homenajes, como el otorgamiento de la Presea Nelson Mandela por parte de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México en el 2018.

“Así como Sánchez reescribió la historia del México precolombino, siempre quiso hacerlo también para Costa Rica, a partir de una profunda investigación sobre La Gran Nicoya, la cual desarrolló por décadas y que ahora quedará para que otra pluma lo haga.

“De acuerdo con los datos que recabó, la cultura que habitó la península de Nicoya y buena parte de Nicaragua 1.000 años a. C. tenía conocimientos científicos y tecnológicos mucho más avanzados que los imperios azteca, inca y maya.

“Sin embargo, casi toda la información se perdió en el momento en el que los conquistadores borraron la memoria del pueblo originario y destruyeron sus posesiones más valiosas, entre ellas, la biblioteca.

“Sánchez se proponía reconstruir la historia de La Gran Nicoya por medio de los mensajes que guardan las miles de piezas de cerámica de esta cultura que se encuentran en las bodegas del Museo Nacional de Costa Rica.

Dos de los 29 libros que escribió el tico en su vida. (Captura)

“Saberse inocente hizo la diferencia. Fue lo que lo impulsó a aprender a leer y a escribir, a enseñarle a sus compañeros de celda esas mismas habilidades por medio de un método que él mismo inventó. Creó la primera biblioteca carcelaria, los motivó a estudiar derecho por cuenta propia y así defender su causa y la de otros (que, al igual que él, fueron condenados a prisión por delitos que no cometieron), como lo hizo con el libro Tortura: el crimen de Colima, única obra literaria que ha generado la anulación de una sentencia judicial en Costa Rica.

“Y todo lo escribió con cabos de lápiz y en papeles de bolsas de cemento, únicos recursos con los que contaba Sánchez en la isla para plasmar sus ideas. Ahora, sus obras circulan en multitud de ediciones y en diversas lenguas. La más traducida es La niña que vino de la luna, la cual está disponible en 114 idiomas.

“Mis libros están escritos de todo corazón con dos supremas ambiciones que anidan en lo más adentro del alma: ser cada día un poco menos monstruoso a los ojos de los demás, ser cada día un poco menos reo. No es el odio, ni la poesía, ni la inspiración lo que me ha impulsado en tal punto a escribir, sino el enfiebrado anhelo de SER, SER DIFERENTE, no sentirme aprisionado dentro de las paredes desnudas de la nulidad y una nulidad - humana, social, espiritual y moral, eso es ser un reo”, escribió Sánchez en una carta dirigida al director de la biblioteca Carlos Monge Alfaro.

¿Tiene algún método personal para escribir?

“La página en blanco. Cierro los ojos y me empieza a hablar la página en blanco. Claro, cuando se trata de historia, tomo nota de alguna cosa. Sobre todo, me pasa una cosa muy importante, siempre sueño las cosas. Siempre, siempre las sueño y al día siguiente, cuando me despierto, las escribo. Las cosas que voy estudiando las voy soñando. Por eso, dicen que el buen escritor es un buen soñador.

En agosto del 2022 José León Sánchez Alvarado fue entrevistado por la Universidad de Costa Rica
La historia de la Gran Nicoya se quedó en el tintero, no le alcanzó la vida a Sánchez para escribirlo. Foto: Amanda Vargas Corrales (Cortesía)

“Eso decía el maestro Juan Rulfo. Nosotros aprendimos a escribir hasta que apareció Juan Rulfo, con esa gran obra que se llama El llano en llamas. Incluso, hizo un libro que nunca terminó, se llama El gallo de oro y hoy es texto en todas las universidades del mundo, a pesar de que no lo terminó.

“¿Se ha puesto a pensar qué hubiese sido de su vida si nunca hubiera ido a prisión?

“Hubiese sido el hombre más feliz del mundo, porque todavía para mucha gente, sobre todo para un sector de la prensa, sigo siendo el monstruo de la Basílica y no publican nada que sea en favor mío. Si fuera algo en contra mía lo publicarían.

“Eso de que yo tengo un Premio Mundial Nelson Mandela, no se ha publicado en el país. No soy noticia para ellos; y que sea el único escritor costarricense que tenga un libro en chino, tampoco.

“¿Siente que usted es más aceptado fuera de Costa Rica?

“Si usted me da la entrevista que usted tiene y yo la mando a mi agencia literaria, la publican en muchos idiomas, sobre todo México, la toma inmediatamente y la manda a todas las revistas. Mientras tanto, en Costa Rica ganarse el Premio Mandela no significa nada. En México soy parte del mundo de la cultura, en Costa Rica la Asociación de Escritores Costarricenses nunca me aceptó”, fueron las respuesta que Sánchez le dio a Fernando Montero Bolaños y Amanda Vargas Corrales, del espacio “Esta palabra es mía”, de la Universidad de Costa Rica.

Redacción

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