Atenea y Galatea son dos yeguas que, a simple vista, podrán parecer un par más del montón, pero lo que pocos saben es que son un milagro andante. Y es que, ahí donde las ve, son yeguas gemelas.
¿Eso qué tiene de especial? Podrá estar pensando.
Bueno, si en humanos es poco común que nazcan gemelos --a nivel mundial la tasa es de aproximadamente 1 de cada 80 a 100 nacimientos--, en caballos los casos son tan pocos que no existen registros exactos de cuántos hay.
Pues resulta que el pasado sábado 11 de enero, Caballerizas Euro Horses, en San Rafael de Heredia, se convirtió en la cuna del milagro de Atenea y Galatea.
“Nacieron el sábado en un parto gemelar”, nos contó en entrevista Gustavo Chaves, dueño de las hermosuras. “Son inglesas, de raza ‘shire’, porque la mamá nació en Europa, pero ellas nacieron acá en San Rafael de Heredia.
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“Yo estuve buscando en internet un poquillo y los partos gemelares de caballos efectivos son muy pocos. Creo que hay uno en Estados Unidos y otro en Europa, nada más”, asegura Chaves.
Susto
Y si bien ahora todo son risas y felicidad, según nos contó Gustavo, la noticia de este parto gemelar los tomó por sorpresa y les dio el susto de sus vidas.
“Normalmente, cuando uno hace el ultrasonido y ve dos caballitos, hay que abortar uno porque es superpeligroso. En la mayoría de casos se mueren los dos o los tres (incluida la mamá), pero mínimo se muere uno.
“Ahí, tal vez, nosotros pecamos con los ultrasonidos, que nos hicieron bien y no nos dimos cuenta de que era un parto gemelar”, admitió.
Así que se podrá imaginar el susto que se llevaron, cuando se dieron cuenta que dos caballos venían de camino.
“Yo los estaba (a sus peones) monitoreando por cámaras y cuando yo vi que nació la primera, me tranquilicé. En eso, estoy hablando con el muchacho que me cuida el terreno y me dice: ‘Ya nació la boya, pero ya está naciendo la otra’“.
“Entonces le digo que no, que debe ser la placenta, que le quedó un poco y me dice: ‘Pues, esta placenta tiene cabeza’ y, ahí, pum, expulsó la otra”, recordó.
Saludables
Y si usted piensa que el parto fue estresante, no tiene idea de lo que significaron las siguientes horas ya que, en estos casos, las primeras 72 horas son las más importantes, porque en ese plazo de tiempo es cuando la mayoría de gemelos mueren.
Pero, según nos contó Julián Bonilla, el veterinario que atendió el parto, todo salió a la perfección.
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“El embarazo de Mariana (la madre) fue saludable y llegó a término, es decir, no fue prematuro y transcurrió sin complicaciones, ambas potras venían bien posicionadas”.
Ahora, el hecho de que lleven varios días de vida, no quiere decir que estas gemelas estén fuera de riesgo. Por el momento se encuentran recibiendo atención 24/7, ya que deben tomar leche al menos cada hora.
“Están recibiendo una serie de medicamentos para prevenir algún problema de salud y otros para ayudarles a fortalecerse“, explicó Bonilla.
Riesgo de vida
Como hemos dicho en diversas ocasiones, que nazcan caballos gemelos es sumamente improbable.
Solo menos del 30% de los embarazos gemelares llegan a término y, de los que lo hacen, en el 90% de los casos mueren uno o ambos.
Pero, ¿por qué?
Nos sentamos a conversar con la doctora Sandra Estrada, especialista en reproducción de la Escuela de medicina veterinaria de la Universidad Nacional, para llegar al fondo del meollo y la respuesta lo va a asombrar.
Resulta que por como están formados el útero y la placenta de las yeguas, sus embarazos son muy diferentes a los de otros animales, como los perros o las vacas.
“Las yeguas ovulan, muy frecuentemente doble, lo que quiere decir que, por lo general, esos gemelos son hermanos, pero no son idénticos”, explicó.
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“Entonces no es un óvulo que se divide en dos, sino que son producto de una ovulación doble y, generalmente, uno se muere de camino porque hay poco espacio en el útero para los dos, y si gestan los dos, es muy probable que lleguen a abortar”.
En pocas palabras, las yeguas están hechas para tener solamente un potro y es por eso que tener dos caballos en la pacinta de la mamá es un riesgo para los tres.
A pesar de que aún siguen en riesgo, Gustavo está encantado con Atenea y Galatea, y está dispuesto a hacer lo necesario para que ambas crezcan saludables.
“Ya una aumentó unos cinco kilos y la otra dos o tres. De hecho, hay una más grande que otra, pero la pequeñita es mucho más activa”, dijo entre risas.
“Estoy muy feliz porque las veo bastante sanas”.