Gabriela Solano y Bryan Blanco llevan más de 10 años juntos y son una de las muchas familias del país que se inclinaron por tener mascotas en vez de hijos.
Casos como el de ellos hacen que en Costa Rica haya cuatro veces más perros y gatos que niños menores de 12 años en nuestras casas, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).
Con ese panorama, decidimos hablar con esta joven pareja, y con el INEC, para poner en el tapete un tema que le interesa a todos y es la forma en la que está envejeciendo el país.
Gaby y Bryan dicen que su familia, sobre todo el núcleo más cercano, siempre han sabido y respetan la decisión que tomaron, pero también aseguran que nunca faltan los comentarios cargados de ácido de aquellos miembros más tradicionales que les piden “recapacitar”.
“Nosotros aspiramos a tener una vida donde podamos movernos por el mundo con libertad y pensamos que un hijo requiere una vida estable y un poco más arraigada, lo que limitaría nuestro plan de vida", nos contaron en entrevista.
“Además, no estamos cómodos con la cantidad de dinero que se necesita para darle una calidad de vida adecuada a un bebé”, argumentan.
Ahora, eso no significa que no quieran formar su propia familia y es acá donde entra en juego Pan Dulce, su adorable gato.
Con sus orejas puntiagudas, sus ojitos azules y una personalidad entre hiperactiva y tímida, Pancito, como le dicen de cariño, llegó a iluminar sus vidas y darles ese sentimiento de unidad.
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“Queríamos la compañía de una animal durante el teletrabajo y, al final, nos decidimos por un gato, porque requiere menor mantenimiento que un perro y por supuesto mucho menos que un bebé humano.
“Para nosotros el concepto de familia no requeriría de un hijo biológico. Por lo que, de cierta manera, Pancito satisface nuestras mínimas necesidades paternales”.
Lo normal
Lo que antes sería raro, ahora pasó a ser la nueva normalidad porque cada vez son más las parejas que deciden unirse bajo un mismo techo, eso sí, totalmente convencidas de no tener hijos.
De acuerdo a lo que nos confirma Eddy Madrigal Méndez, coordinador general de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), del INEC, en Costa Rica hay 1.821.955 hogares y en ellos habitan 1.783.871 perros ( 953.637 machos y 830.234 hembras) y 775.693 gatos (349.657 machos y 426.036 hembras). En total, 2.597.648 peluditos.
Adivine cuántos niños menores de 12 años hay en esos mismos hogares... ¡Solo 690 mil!
¿Qué pasa?
Para entender este comportamiento buscamos al sociólogo y politólogo Carlos Carranza Villalobos.
“La falta de niños en nuestros hogares es un fenómeno que se identificó desde 1995. Así como cambia el comportamiento político y económico de la población de un país, también cambia el comportamiento social.
“Los países con mayor capacidad económica van caminando en esa dirección de los muy pocos hijos en los hogares. Las nuevas generaciones tienen una mayor comprensión de las condiciones de vida que se ocupan al tener hijos”, explica el sociólogo.
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Se ha comprobado, dice el experto, que en las sociedades con menos hijos se da un aumento de las mascotas y que esos animales se humanizan cada vez más, por eso vemos a perros con ropa y siendo tratados como a un niño humano.
“Cuando un país no tiene una población joven que provoque una sustitución adecuada, se transforman los valores, se agrava la calidad de vida, disminuye gravemente la fuerza de trabajo y se afectan las relaciones humanas. Costa Rica tiene un serio problema que se le viene en menos de 20 años, se debe atender ya mismo”, aseguró.
Miedos y preocupaciones
La sicóloga de familia, María Ester Flores, conoce perfectamente esta realidad de parejas jóvenes sin deseos de tener hijos.
“A diario recibo en mi consulta parejas y en su mayoría le dicen no a la maternidad, prefieren mil veces tener un perrito o un gatico para llenar de alegría el hogar y tener en qué ocuparse.
“He podido confirmar que a esas parejas les da miedo la economía del país y del mundo. Analizan que el planeta se está quedando sin agua, que se habla mucho de bombas atómicas y consideran que este mundo de hoy no es seguro, entonces sienten que traer una nueva vida es ponerla en peligro”, cuenta la sicóloga.
Los datos del INEC sobre el envejecimiento de nuestra sociedad, en verdad asustan.
“La población está envejeciendo debido al aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de los niveles de fecundidad. Se espera que la esperanza de vida al nacer, que aumentó de 76,95 años en 1990 a 80,91 años en 2024, aumente aún más, alcanzando los 84,27 años en 2050 y 89,57 en 2100.
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“La tasa global de fecundidad, que bajó de 3,26 hijos e hijas por mujer en 1990 a 1,23 en 2024, disminuirá aún más, se proyecta que Costa Rica alcanzará una tasa mínima de 1,14 hijos e hijas por mujer en 2031, y luego, a partir de 2050, se estabilice en 1,26″, asegura el INEC.
“El país muestra una sostenida desaceleración en el crecimiento, incluso llegará el momento en que la población empezará a disminuir, lo cual se proyecta suceda alrededor de 2045. La población para 2025 será de 5.191.823, llegará a un valor máximo en 2044 de 5.439.639 y a partir de ahí, inicia el decrecimiento paulatino”, visualiza el INEC.