El deseo de tener su negocio propio hizo que Luis Solórzano se fuera a vivir a Quepos hace seis años y allí formara una nueva familia, que al día de hoy lo apoyan y lo aceptan sin importarle su homosexualidad.
Luis es administrador de empresas y siempre quiso vivir en la playa, todo se acomodó para que poco a poco fuera cumpliendo su sueño.
“Trabajaba en Sykes y me dieron la oportunidad de hacer teletrabajo. Sentí que era una oportunidad para establecerme en la costa, sin imaginarme que me quedaría tantos años por acá. La experiencia ha sido muy bonita y en Manuel Antonio he encontrado una nueva familia.
"Todo se me fue acomodando poco a poco para que hoy tenga el negocio que siempre soñé, es un restaurante llamado Express Burrito”, contó este joven pulseador de 34 años.
Luis aparece junto a algunos de sus vecinos y conocidos en la campaña “Sí, acepto”, que busca sensibilizar a la población sobre el matrimonio civil igualitario. Él se lleva bien con su familia biológica, pero escogió salir con gente de la comunidad porque es la nueva familia que lo acogió en Quepos.
El joven pulseador compartió su testimonio al igual que lo hicieron Ana María, Priscilla, David y Esteban, historia que hemos contado en La Teja durante esta semana.
“Creo que la campaña es necesaria. Costa Rica ha cambiado en los últimos años, hay bastante aceptación en temas de derechos humanos; sin embargo, hay una parte que es conservadora y creo que la campaña es buena porque viene a dejar a la luz muchas cosas, mucho machismo que hay que desatender, es hora de quitarle el vapor a la olla de presión y me siento orgulloso de participar en la campaña”, aseguró.
Rocío Vargas trabaja con Luis desde hace 3 años y es una de las personas que aparece en la campaña.
“Es un excelente ser humano, un excelente patrono. Prácticamente él nos ve como un miembro más de su familia, nunca nos ve como empleados”, manifestó.
Se salió del clóset consigo mismo
Luis comentó que desde muy joven sabía que no le gustaban las mujeres, pero fue hasta que cumplió 18 años que decidió aceptar su homosexualidad.
"Me salí del clóset conmigo mismo, porque antes tuve mucha presión social. En el fondo sabía que no me gustaban las chicas y ellas sentían que las ignoraba, pero esa sensación de ignorancia les llamaba la atención.
“Mis amigos me presionaban y me decían que una muchacha preguntó por mí y por eso tuve que tener algunas novias a pesar de. Eso me hacía preguntarme si estaba confundido, sabía que me atraían los hombres y un día llegó el momento en que me dije que no me tenía que engañar más y a partir de ese momento acepté que soy gay”, confesó.
Pasaron unos años para que Luis le revelara a sus seres queridos que no le gustaban las mujeres.
"Cuando tenía 20 años me fui a vivir con mi abuelita para cuidarla y luego comencé a vivir solo, por lo que me había independizado de mis papás hacía un tiempo. Decidí que revelaría mi homosexualidad cuando mis papás me lo preguntaran, pues pensé que estarían preparados para escuchar la respuesta.
“Un día lo conversé con mi hermano y él me recomendó hablarlo con mis papás. Ellos sospechaban, pero cuando lo escuchan de tu propia boca es diferente. En mí no había miedo al rechazo, pero al principio no lo compartían; sin embargo lo respetaron y nos seguimos llevando bien, ellos me aman y yo los amo”, aseguró.
Solórzano manifestó que extraña mucho a su familia y cuando se ven pasan tiempo de calidad.
“Yo les debo a mis papás mucho de lo que soy ahorita, ellos tenían un negocio y crecí ayudándoles en la caja, rallando repollo, mucha de la inspiración de lo que soy, es por ellos", afirmó.
“Tiene derecho a ser feliz”
Rocío Vargas trabaja con Luis en el Express Burrito desde hace 3 años. Ella trabaja en la cocina y cuando él no está en el negocio, ella es la encargada de administrarlo.
“Cuando él no está porque anda de viaje o haciendo mandados me pide que le atienda el negocio. Creo que me he ganado su confianza y juntos trabajamos por mantener el negocio a flote porque sabemos que si el restaurante va bien, nos irá bien a todos”, afirmó.
Rocío es madre de familia, tiene dos hijos y tres nietos.
“Cuando me interesé en el trabajo me comentaron que Luis es homosexual. A mí sinceramente eso no me afecta, él es una persona respetuosa, que muestra su afecto de forma decente y tiene derecho a ser feliz”, afirmó.
Esta quepeña participó en la campaña, invitada por su patrón. Reconoció que había visto en televisión los primeros anuncios y el hecho de exponerse a nivel nacional le daba un poco de vergüenza.
“A mí no me daba miedo decir lo que siento por Luis. Parte de lo que dije en el comercial fue que lo respeto, que lo considero una excelente persona y si el día de mañana él se quiere casar y me invita, con gusto voy, no tengo problema en hacerlo”, aseguró.
Rocío agregó que en su familia la apoyaron y sus hijos la vacilan porque se hará famosa y considera importante la campaña porque es una forma de invitar a los demás a no juzgar a las personas por su preferencia sexual.
“Muchos debemos reflexionar sobre quiénes somos en realidad. No debemos juzgar a las personas por lo que hagan con sus sentimientos, creo que eso no se hace. No hay que ver a las personas de la comunidad con desprecio, a través de Luis conozco a sus amigos y me parecen que son bellas personas”, aseguró.
El video que protagonizan Luis y Rocío es el más reciente de la campaña “Sí, acepto”, se grabó el domingo pasado y saldrá a la luz en los próximos días.