Una mamá nicaragüense amamanta a su hijo recién nacido sentada en un pedazo de cartón, sobre la acera, donde ambos pasaron la noche del domingo y la fría madrugada de este lunes.
Triste, ¿verdad? pues duele más informar que esa desgarradora escena no se dio en Nicaragua, sino en nuestro país.
Al igual que esa madre y su chiquito, hay cientos de nicaragüenses en la misma situación en las afueras de Migración, en La Uruca.
Ellos tratan de conseguir que les den asilo aquí debido a la crisis que hay en su país por la represión del gobierno de Daniel Ortega contra quienes exigen su salida del poder. En tres meses de protestas los muertos superan ya los 250 (aunque otras fuentes hablan de más de 300).
El Gobierno tico decidió darles asilo a algunos nicaragüenses, pero debido a la desesperación por huir del peligro, los vecinos del norte se vinieron en masa y eso se ha visto en las afueras de Migración.
Hasta el lunes 25 de junio, las autoridades migratorias del país habían dado 3.050 citas para entrevistas. Eso no garantiza que los solicitantes van a recibir el asilo, solo que serán atendidos para estudiar su situación.
Alondra López, de 23 años y quien tiene poco más de un mes de embarazo, decidió dejar Nicaragua empujada por la ola de violencia.
Alondra pasó la noche del domingo acostada en un "colchón" de cartón y cobijada únicamente con la esperanza de que este lunes le dieran cita para la entrevista.
Las duras condiciones que vivió la madrugada del lunes, pasando frío y hambre, hicieron que se descompusiera en la mañana. Aseguró haber tenido un ligero sangrado cuando fue al baño. "Espero que haya sido por haber estado tanto tiempo de pie y no por otra cosa”, dijo.
Aunque muere de la preocupación por saber si su bebito está bien o no, no se puede despegar de la fila. Si lo hace toda la trasnochada habría sido en vano.
"Estoy acá desde las tres de la tarde (del domingo). Gracias a Dios no llovió en la noche, pero sí hizo mucho frío", señaló.
Muchas más...
Basta estar un ratito en las afueras de Migración escuchando historias para comprender la realidad tan dura que viven quienes deben dejar su tierra en busca de una realidad en la que su vida no corra peligro.
Es inevitable no conmoverse al ver la cara de preocupación de don José Marín y de su esposa, Ana María Alemán, cuando supieron que sus tres hijos habían pasado la noche entera llevando hambre y frío.
Ellos también tenían un día de estar en la fila y los pequeños se estaban comiendo un pedacito de pan que les regalaron después de haber hecho "ayuno" toda la madrugada.
"Es complicado porque no tenemos mucho dinero y uno puede ir al baño en cualquier lugar, pero ellas no (la hija y la esposa). Hay que estar pagando doscientos colones cada vez que necesitan ir y, por ejemplo, ella (la niña de tres añitos) tiene que estar yendo a cada rato", explicó don José.
Algo parecido le ocurrió a Benigno Dávila, de 24 años y quien pasó toda la noche solo porque su novia, Alexandra Duartes, de 18 años, tiene ocho meses de embarazo y no la iba a exponer al frío de la noche josefina. En algunos lugares de San José los termómetros bajaron hasta los 16 grados en la madrugada.
Por suerte Alexandra se pudo quedar en un apartamento en Desamparados, pero desde buena mañana de este lunes ya estaba haciéndole compañía a Benigno.
Duartes se vino de Nicaragua porque le da pavor que no la atiendan cuando vaya a dar a luz debido a los problemas políticos, que afectan también los hospitales y el tránsito.
"Un niño ya murió allá porque en uno de los tranques (cierres) no dejaron pasar a una ambulancia. Uno nunca sabe que pase algo y que nada más no me dejen pasar; además, yo no quiero que mi bebé nazca en un ambiente como el que se está viviendo allá", comentó la futura mamá.
Tras de cuernos...
A eso de las 7 a. m. de este lunes la fila comenzaba en la entrada de Migración y llegaba hasta la calle paralela a la autopista General Cañas.
Con el paso de las horas muchos nicaragüenses fueron atendidos y los otros se retiraron porque les dijeron que ya no iban a atender a nadie más.
La Teja consultó en Migración e informaron que los lunes se reciben las solicitudes de los que buscan asilo y se les da cita para otro día y al mismo tiempo se atiende a 200 personas de las que ya habían logrado una cita.
Pero muchas de las personas que madrugaron o pasaron la noche en vela, hicieron el esfuerzo en vano porque los "zopilotes" les ganaron la vuelta.
Resulta que algunos vivazos (los llamados "zopilotes") se están aprovechado de la necesidad de los extranjeros. Hacen la fila y les cobran entre 15 mil y 20 mil colones a quienes puedan pagarlos (que no son todos). Eso repercute en que muchos de los que llevaban horas haciendo fila se queden sin campo porque los "zopilotes" los han ocupado.
Intentamos conocer a cuántos nicaragüenses ha atendido Migración a la fecha y ver si conocían algo con respecto a los "zopilotes". Nos dijeron que nos podían atender hasta este martes.
Las protestas en Nicaragua se iniciaron el 18 de abril y empezaron en contra de una reforma a la seguridad social y tras la represión del régimen de Ortega se transformó en un reclamo general que exigen que deje el poder.
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