Todos los días Beto, un simpático perrito, revisa que haya suficiente hielo, que todo esté bien barrido y limpio, que la música esté lista y que su camita y su comida no las toque nadie. En realidad trabaja mucho y por eso también recibe mucho cariño.
Se trata de un amoroso y chineado salchicha que nació el pasado 1º de junio y es santaneño de la pura cepa.
Se puede decir con total seguridad que es el “gerente general” del bar y restaurante La Playa, que está 100 metros al oeste de la tienda Ekono de Santa Ana centro, porque antes de que abran el local pasa revisando de arriba para abajo. Si usted lo ve, parece que está supervisando que todo esté puras tejas.
Don Marco Alfaro Vargas es el papá de Beto y sin pensarlo dos veces confirma que su mascota es el papá de los tomates de La Playa.
“Anda viendo todo antes de abrir y una vez que se abre, también pasa de arriba para abajo y se acerca a cada mesa como viendo que sus clientes estén bien atendidos.
“Todo el que viene tiene que ver con Beto, como es un chineado, busca cariño y nadie se lo niega. En la mesa que lo chinean, ahí se queda un ratico compartiendo, eso sí, tampoco se queda mucho porque tiene muy claras sus responsabilidades, las otras mesas también merecen disfrutarlo”, comenta muy alegre don Marco.
¿En verdad tiene experiencia para ser “gerente general”?
“Claro. Le explico, Beto nació casi que al mismo tiempo que el negocio, es por eso que se puede asegurar que tiene diez meses de experiencia laboral.
“Ya él tiene claro que las mesas con niños deben ser muy bien atendidas por él personalmente, eso solo lo da el trabajo diario. Hay momentos en que de tanto supervisar se cansa, entonces va y se acuesta en su camita un ratico, de una vez aprovecha y se come su alimento que debe estar siempre listo porque si no comienza a ladrar”, responde don Marco.
El peludito es tan pura vida y tan amiguero que ya los clientes fijos hasta llevan sus perritos para que compartan con él y sí hace química con cuanto animal entra al local, de seguro sabe que al cliente se le complace en lo que pida.
“La cosa con Beto es tan fuerte que tengo clientes que si entran al local en las muy pocas ocasiones que lo dejo en casa para que disfrute sus días de vacaciones, me dicen: ‘Ah no, entonces otro día pasamos, es que veníamos a ver a Beto’, y se van, no es que bromean, dan media vuelta y aparecen hasta otro día”, contó.
La Playa abre de lunes a viernes de 3 de la tarde a medianoche, sábados y domingos de 1 p.m. a 2 de la madrugada. Es curioso ya que, a pesar del nombre, su especialidad no son los mariscos. En medio del ambiente marino lo que más se venden son nachos, hamburguesas, chifrijos y ceviche.
Sin miedos
Cuando don Marco nos contó que abrió su negocito hace 10 meses, entendimos que se mandó sin miedo justo en plena pandemia, o sea, en una época en la cual más de 8 mil bares y restaurantes del país cerraron y casi cinco mil de esos jamás pudieron volver a abrir.
“Desde hace varios años quería tener mi negocio propio. Fue en plena pandemia que heredé la propiedad y, como tenía un ahorro, sentí que todo se alineó para poder cumplir mi sueño de ese negocio personal.
“Como creo en las energías, sean positivas o negativas, no le conté a mucha gente que me iba a tirar al agua con un bar-restaurante, incluso aunque le conté a pocos, algunos me advirtieron que no era momento para ese tipo de negocios, que lo pensara, que no arriesgara mis ahorros, en fin, de todo, pero yo no tenía miedo, tenía ganas e ilusiones”, aseguró.
Muchos hasta pensaron que don Marco estaba loco porque renunció a lo que es considerado un trabajo soñado: parte del equipo de computación de una empresa multinacional, además, lo hizo en plena pandemia, cuando la gran mayoría lo que hicimos fue agarrarnos más fuerte del bretecito porque miles fueron despedidos.
“Uno tiene que tirarse al agua, no hay que pensarlo mucho. Personalmente estoy convencido, después de 10 meses, que valió el boleto, la experiencia bien valió mi renuncia, ha sido muy linda. Sigo ilusionado, realizado y pasé de ser empleado a empleador de 5 personas. Compartir con la gente todos los días es lindísimo y ver que lo creado por uno funciona es lindísimo”, concluyó el papá de Beto, durante un descansito que le dio su “gerente general” para que hablara con nosotros.