Doña Grace Chadnon está luchando con todo para dejar el cigarro de una vez por todas, por eso este miércoles llegó al Hospital México a celebrar el Día Mundial sin Tabaco y de paso cargar energías para seguir en la batalla.
Doña Grace fumó 45 años, aprendió a los 15, pero le entró con todo cinco años después; ahora, a sus 65 años, tiene dos semanas completicas de haber tirado a la basura medio paquete de cigarros porque tomó la decisión de nunca más volver a prenderse un blanquito.
Claro, la primera semana fue fatal, es más, todavía se levanta quemándose por un blanco, pero se ha hecho la fuerte, porque ya no quiere tocar nunca más un cigarro.
“Me he soñado fumando, fumo mientras estoy dormida, me levanto con ganas de fumar, pero no aflojo, fumar fue el peor negocio de mi vida”, nos comentó doña Grace este miércoles, cuando celebraba en el hospital México su día.
Don Carlos Picado tiene 40 años y fumó 20, este valiente ya tiene un año sin fumar.
“Los primeros días son muy duros, lo que pasó en mi caso es que me estresaba mucho y me entraba la ansiedad por fumar, pero por dicha en la clínica de cesación de fumado del México me ayudaron a superar esa ansiedad y ya puedo decir que el cigarro murió para mí”, dice muy seguro don Carlos.
Mayi Cedeño, la coordinadora de la clínica de cesación de fumado del México explicó que los fumadores conocen muy bien los profundos daños que el cigarro le hace al cuerpo, pero creen que todos esos daños son a largo plazo y eso es un error, por eso motivamos a dejar de fumar para recobrar la calidad de vida.
Abrazo motivacional
La celebración del Día Mundial sin Tabaco motivó el regreso al abrazo en el hospital México, por eso el excapitán de Costa Rica en la Copa Mundo de la FIFA Italia 1990, Róger Flores y la 11 veces campeona nacional de surf y poseedora del récord mundial en participar en todos los mundiales desde 1996, Lisbeth Vindas, repartieron abrazos cargados de cariño y motivación para continuar la lucha.
“El que fuma poco a poco deja de abrazar a sus hijos, a su esposa, porque no quiere llenarlos de cigarro, por eso estamos repartiendo abrazos, para volver al amor de familia de pareja pero limpios, sin humos contaminantes en el hogar, es un cambio total, es una decisión de decir hasta aquí y bueno, también apoyar a esas personas en la clínica para que no luchen esa batalla solitos”, comentó Cedeño.
Doña Marlen Tenorio fumó 32 años, tiene un año y ocho meses de haber tirado la última chinga a la basura decidida a nunca más fumar.
“Llevo casi dos años de, por así decirlo, haber comenzado a vivir, porque la vida sin cigarro es otra, es más linda, es más alegre, es una maravilla, en verdad le digo que hasta la comida sabe mejor cuando uno no fuma, lo peor que pude haber echo fue prender un cigarro”, dijo.