EscucharEl padre Sergio Valverde, presidente y director de la Asociación Obras del Espíritu Santo, abrió una “sucursal” del comedor de su asociación en La Carpio (La Uruca en San José), y así comenzó a llenar más de mil pancitas de niños, jóvenes, adultos y adultos mayores de ese lugar.
El pasado 12 de mayo se vivió tremenda fiesta en esa comunidad porque se comenzaron a dar desayunos y al mediodía se repartieron los almuerzos con platos bastante cargaditos de comidita en el nuevo Centro de Atención Comunitaria Gallopinto de la Alegría San Martín.
Como es su costumbre, el padre Sergio no llegó con las manos vacías, qué va, alisto una buena tanda de galletas, sorbetos y hasta chocolates porque un buen dulce no amarga a nadie.
Además, nadie sabía que el sacerdote llegaría con tremendo regalo debajo del brazo: llevó un equipo especial para hacer exámenes de la vista y así le ayudó a los que urgían más de anteojos.
“Estoy demasiado contento por comenzar una nueva etapa de lo que hace tres años iniciamos en La Carpio. En plena pandemia, en el 2020, comenzamos a repartir comidas servidas para que los que más necesitaban se las llevaran a sus casas.
“También luchamos contra el hambre repartiendo diarios de comida a las familias que sabemos que realmente lo necesitan en sus mesas. Vamos a mantenernos repartiendo estos diarios a varios cientos de familias (500), eso no se detiene, seguiremos puntuales mes a mes ayudándoles”, nos comenta con tremenda alegría el padre Sergio.
Un lugar de alegría
El sacerdote pega brincos de la contentera porque puede confirmar que la misión en La Carpio creció, ya que lo que se abrió no solamente es un comedor, es un Centro de Atención Comunitaria y un claro ejemplo de eso fue el examen de la vista que realizaron, demostrando que no solo llenan pancitas sino que buscan solucionar necesidades muy urgentes de la comunidad.
“Me alegra este Centro de Atención Comunitaria, porque ahora las personas pueden sentarse y compartir con nosotros la comidita. Logramos comprobar que hay muchas familias que no tienen ni un lugar adecuado para comer, se llevaban la comida y en sus casas comían en la cama porque no había espacio ni para un jueguito de mesa.
“También me tiene muy alegre que servirá para que muchas familias salgan de sus casas, en las cuales muchas veces viven hacinados o viven problemas y dolor.
“Ahora les tenemos un lugar digno, donde van a poder comerse una rica comida preparada con amor, con música de Dios de fondo, pantallas para que vean solo programas con valores, positivos, evangelizadores. Que sientan que tienen un lugar donde se les quiere mucho y que es de ellos”, asegura el padre.
Tendrán médico
Nos contó, además, que cada 15 días llegarán doctores para hacerles diferentes tipos de exámenes a los vecinos de La Carpio que del todo no tienen nada, ni seguro social y les urge una mano amiga que les ayude a recuperar su salud.
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“Hablamos de gente que ni siquiera tiene un documento de identidad, mucho menos un seguro. Les daremos apoyo médico, ayudas con diferentes farmacias y medicamento conforme a nuestras posibilidades.
“Desde el día inaugural le metimos duro a la salud, los amigos de Ópticas Munkel, con equipo especial por computadora, le hizo examen de la vista a los niños y los adultos mayores. Los que necesitaron anteojos, se los donamos con mucho cariño. No podemos quedarnos solo con la comida, hay que atender otras necesidades según podamos”, confirma el sacerdote.
El padre ocupa de su ayuda, porque se le metió entre ceja y ceja arreglar bien un par de aulas que hay en la propiedad donde está el Centro de Atención Comunitaria y poner computadoras con Internet para que los estudiantes que necesiten puedan hacer sus tareas ahí sin pagar un solo cinco. Puede hacerle un SINPE móvil al número 8959-2020.
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En la propiedad también se puso el supermercado Gallopinto de la Alegría, en el cual los vecinos de La Carpio podrán comprar su jamita a precios realmente baratos.
La gran salvada de este supermercado es que los productos no tienen el Impuesto al Valor Agregado (IVA), o sea, estarán hasta un 13% más baratos, porque la idea es que todas las ganancias sean para comprar la comida que se usa en el comedor ya que, aunque ya ustedes lo saben, es mejor aclararlo, es comida que se da sin cobrar un solo colón.
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“Las cocineras, la gente de seguridad y de mantenimiento son de la zona, así que también ayudamos dando trabajito que tanto se ocupa en La Carpio”, concluye con mucha ilusión y alegría el padre Sergio.
